La Doctora organizó una cadena nacional para anunciar con bombos y platillos la ley de pago local de la deuda soberana. Axel Kicillof le dio cátedra a la Cámara de Diputados sobre su idea iluminada de eludir a la justicia yanqui a la que nos habíamos sometido con Néstor Kirchner. Estaba todo estudiado. Pero luego de 15 días de efectuado el depósito de 161 millones de dólares en el Nacion Fideicomisos, anunciado como una epopeya de la revolución ante los pibes de La Cámpora en los patios de la Casa Rosada, el Ministerio de Economía no se digna a publicar siquiera un comunicado de prensa con el resultado de la adhesión a ese canje. Todo el mundo económico y periodistico le advirtió a Cristina y Axel que su idea iba derecho al fracaso absoluto. Pero ellos son más inteligentes, preparados, perspicaces, saben cómo gira el mundo, por eso siempre saben más. Y fue un papelón nomás. Uno más.
Los periodistas, y por lo tanto el pueblo al que Ella dice amar, no pueden acceder a la información sobre cuántos bonistas vinieron a cobrar su deuda en Buenos Aires para torcerle el brazo al juez municipal, a los buitres, al gobierno de Barack Obama y a toda la conspiración internacional. Para que la imbecilidad de esa política sea completa, Axei no informa el resultado de su experimento. No sería muy trabajoso para Kicillof, acostumbrado a grandes gestas, un sinceramiento. Sólo debería pararse ante la sala de conferencias del Ministerio, atestada como siempre de empleados de La Cámpora para lograr mayores aplausos, y decir: “No vino nadie a cobrar su bono. Todo lo que hicimos fue para nada”.
La realidad ya no se puede ocultar y todos saben que el canje local fue un paso en falso, una humillante ensoñación de estudiantina de egresados de Economía, algo así como la metida de pata de Ricardo Jaime por aquel cuento chino de los 20.000 millones de dólares de 2004 o la promesa de un tren bala, de una empresa estatal de telefonía celular o tantas otras. Tal como lo habíamos anticipado desde este humilde blog, la política parece consistir en superar un fracaso con otro papelón e ir tapándolos sucesivamente para que se pierda dimensión de la tanta falta de tino.
En parte lo han logrado. A nadie le extraña que el remedio haya sido un tropiezo más. Nadie se pregunta en la calle cómo resultó el pago local que la Doctora presentó como la madre de todas las batallas y la solucion genial a todos los problemas y que ahora ni menciona. No se sabe de ningún bonista que haya venido a retirar los dólares del Nación Fideicomisos. Por otra parte, ese fondo manejado por La Cámpora nunca tuvo la logística que tenía el Bank of New York Mellon, ni siquiera los números de cuenta de los bonistas para mandarles la transferencia bancaria, ni tampoco éstos se molestaron por saber cuál era la ventanilla.
También Kicillof había asgurado que el Nación Fideicomisos era idóneo para ese menester y le quitó la licencia al BONY. Si en la política hubiera juicios por idoneidad, la Doctora tendría que estar inhabilitada desde la crisis del campo de 2008 así como al juez Baltasar Garzón lo suspendieron por 11 años para cualquier función judicial y aquí es funcionario de Justicia. Tambien Nestor K, que se creía la reencarnación conjunta de Peron, De Gaulle y Adenauer, se ensartó muchas veces llevado por su voluntarismo como cuando fue a la selva colombiana a luchar contra las FARC. Los Kirchner son gente feliz que se deja arrastrar alegremente por su ignorancia arrogante hacia donde los lleve el viento del Sur y como lo hacen sin escrúpulos parecen exitosos al principio y al poco tiempo el castillo de naipes se derrumba con todos nosotros adentro.
El artículo 16 de la Constitucion ordena que el único requisito para ejercer un cargo es la “idoneidad”. Ella, y también él, nunca cumplieron la Constitución tampoco en este punto. Sus delirios nos cuestan mucha plata, sus discursos nos agigantan la deuda y nos suman problemas que serán difíciles desenmarañar luego de 2015. Su preocupación por la ruta del dinero K, de Lazaro Baez y de Critobal López, invistigada en los EE.UU a instancias de los buitres, le agrega una desesperación que, sumada a su inminente alejamiento del poder y falta de sucesión, le hacen perder la serentidad para tomar decisiones. Está perturbada, alterada y no puede pensar bien. La faringitis no es casual. Revela su angustia.
Si fuera médica, y no una exitosa abogada, los juicios por mala praxis la hubieran dejado afuera de la profesión. Todos sus discursos le cuestan muchos millones de dólares al país. Lo único que logró con el canje local es que el juez municipal nos pusiera el cartel de “desacato”, a partir del cual ahora no somos meros defaulteadores, que a cualquiera le puede pasar, sino además “desacatadores” de los tribunales internacionales.
O sea, invertir en Argentina equivale a enfrentarse al riesgo de que ante un incumplimiento del Estado ni siquiera le hagamos caso a los fallos de los jueces. Esa es la soberanía y esos los laureles que la Doctora supo conseguir. Que el país sea visto como uno de cuarta categoría ante el mundo. Ser señalados como los impresentables del vecindario con los que mejor no meterse.
Ni siquiera pudo evitarlo el papa Francisco, a quien la Doctora fue a ver para que alguien con peso en el mundo (porque está en su luna de miel vaticana, se verá por cuanto tiempo) bendiga sus políticas. Era necesario algun aliado al margen de Rusia, China o el inexistente G77. El propio Vicario de Cristo no pudo convencer a algún bonista a que viniera a cobrar a Rivadavia y 25 de Mayo, sede central del Banco Nación.
Ni siquiera se supo si David Martinez, del fondo Fintech, efectivamente se presentó a cobrar sus bonitos como había anunciado para que a cambio le aprueben la compra de Telecom Italia para controlar Telecom Argentina. La patriada de Martinez había sido informada por la TV Pública con algarabía patriótera en medio de los partidos de Fútbol para Todos y de los cortes informativos de 678. El canje local era una fiesta…
Pero días después ni la TV Pública, ni 678, ni CN23, ni Tiempo Argentino, ni los voceros y voceras de Axel Kicillof, ninguno de ellos, dieron una noticia de que el titular de Fintech, un “buitre bueno”, hubiera cobrado su parte en la Argentina. Será porque tampoco le garantizaron a David la luz verde para Telecom.
El Gobierno gastó mucha plata en propaganda para anunciar a cuatro vientos la tercera independencia nacional: el pagadios atómico y el desplante al juez municipal conspirador. Dicho sea de paso, la Segunda Independencia fue cuando a instancias de Néstor K, El, le pagamos al Fondo y nos endeudamos con Chavez al 16%.
El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Dominguez, llamó a todos los hogares del país para anunciar la buena nueva de la sanción de la ley del pago soberano. Se habían terminado todos los complots. Luego tuvo un pico de estrés.
Los acreedores son desagradecidos despues de todo lo que la Doctora hizo por ellos. Muchos no podían cambiar el domicilio porque se lo impedía su contrato. Pero otros ni siquiera querían hacerlo, por pura desconfianza. Ella está desencajada, desenfrenada y sin control: sabe que los fondos buitres investigan la ruta del dinero K y no puede parar de sancionar leyes inútiles, tirar bombas de humo, lanzar satélites al espacio, y que luego sus políticas se vuelvan en contra de los más altos intereses nacionales. Ahora incluso se complica un arreglo serio con los buitres. Y los argentinos somos un pueblo generoso que dejamos que gobierne sin ningún freno institucional una banda de ineptos, que no rinden cuentas ni quieren informar el resultado de sus tropelías. Y que no tienen discurso para camuflar su insensatez.
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