Horas antes de un plenario radical sobre el futuro de las alianzas de la UCR, Gerardo Morales blanqueó su deseo de que UNEN compita contra Macri y Massa en una gran primaria que alumbre a un solo candidato opositor para enfrentar al candidato que surja del kirchnerismo. Sería la concreción práctica de lo que ocurre en estos días, en el Parlamento: todas las fuerzas involucradas en ese acuerdo votan con una unidad casi sistemática en contra de los avances del kirchnerismo sobre la República, el federalismo y la democracia.
Sería además adelantar a las primarias de agosto una competencia que de todos modos se daría en la general, con la diferencia que en las elecciones de octubre la fragmentación opositora podría terminar con la derrota definitiva e irrevocable de todos los competidores de la oposición como en 2011. Ya sería tarde para arrepentirse y buscar una unidad y deberían esperar cuaro años. Mientras que dirimir esa competencia en agosto garantizaría una unificacion de un 60% del electorado para octubre frente al candidato oficialista.
Además cualquiera de los partidos de ese acuerdo, aunque salga derrotado en agosto, tendría una cuota parte del futuro gobierno, tanto en la definición de políticas como en la participación de cargos y de bloques parlamentarios.
El PRO, Frente Renovador, UCR, Coalición Cívica, Socialismo, GEN, Libres del Sur, todos coinciden en una agenda común para el turno que viene y pueden acordar en muchas políticas y medidas de gobierno, pese a diferencias ideológicas, las que sí se dirimirían precisamente en agosto. Un reves en agosto no significaría la perdida de identidad de ninguna fuerza, sino la postergación de sus aspiraciones de poder, que se daría de todos modos más tarde, en octubre.
En cambio, si compiten todos juntos en agosto podrían acordar en un gran plenario un plan de 30 o 40 medidas y comprometerse todos a respetarlas, gane quien gane: Macri, Massa, Cobos, Sanz, Carrió, Binner. De ese modo, tendrán una mayoría parlamentaria fundada sobre políticas de Estado frente a una masa crítica que retendrá el kirchnerismo.
Deberían acordar reglas para una primaria abierta en la cual el que gane gobierna y los que pierdan puedan acompañar e integrar un futuro gobierno desde ministerios, secretarías de Estado o direcciones, en un reparto proporcional a los resultados de la primaria y según la idoneidad de sus cuadros políticos y técnicos. Cada fuerza tiene dirigentes aptos para diversas funciones, pero en ninguna fuerza tienen dirigentes aptos para todas ellas. De ese modo, se haría por primera vez en el país un verdadero gobierno de coalición, concertación o cogobierno con políticas acordadas previamente.
Seguramente, entre todas las fuerzas pueden acordar muchas políticas como las siguientes:
-Bajar la inflación para lo cual habrá que sincerar las cuentas públicas y controlar el gasto y la emisión monetaria.
-Garantizar la seguridad: combatir al narcotráfico, erradicar la pobreza, radarizar las fronteras, mejorar Migraciones, aplicar las leyes penales que existen, terminar con la puerta giratoria y bajar la corrupción de las fuerzas de seguridad.
-Terminar con la pobreza: reformular los planes sociales que insumen 120.000 millones de pesos anuales y convertirlos en capacitación efectiva para el empleo y así recuperar la Cultura del Trabajo y el Esfuerzo.
-Atraer inversiones locales y extranjeras. Restablecer las reglas de juego e identificar las áreas productivas que son potencial de riqueza según nuestros recursos naturales y humanos: alimentos, minería, energía, tecnología, industrias varias, servicios, etc.
-Sanear a la Justicia, modernizarla. Nombrar jueces y fiscales independientes.
-Abrir fuentes de trabajo en el sector privado para incorporar a los jóvenes que se capaciten con programas integrados entre el Estado, el sector privado, los sindicatos, la Iglesia y las ONGs.
-Recuperar el financiamiento internacional a baja tasa regularizando la situación de deuda con el mundo defendiendo el interés nacional y no haciendo política barata.
-Avanzar progresivamente hacia el pago del 82% móvil para los jubilados y usar a la Anses para mejorar su situación y no para financiar proyectos ajenos a la clase pasiva (los que deben ser trasladados a entidades financieras públicas o al Tesoro nacional).
-Recuperar el abastecimiento energético y dejar de gastar 13.000 millones de dólares anuales, que explican el déficit fiscal. Dejar de importar gas a 16 dólares el millón de BTU y sacarlo de los pozos argentinos tapados porque el Estado no reconoce más que 7,5 dólares a los productores locales. Si se aumenta el precio a 12 dólares se reabrirían los pozos con producción argentina. Vaca Muerta no arrancará mientras cueste 75 dólares el barril de petróleo, el negocio será difícil.
-Luchar contra la corrupción, declarar imprescriptibles sus delitos y recuperar los dineros malhabidos para el Estado y hacer escuelas, hospitales, etc.
-Mejorar la educación con una fuerte capacitación a docentes e inversión en nuevos docentes para los lugares más carenciados. Sacar la política de las escuelas primarias y secundarias.
-Terminar con el nombramiento de empleados públicos encubiertos en las universidades nacionales que terminan siendo militantes y enfocar los recursos a una educación universitaria en serio.
-Sanear el Estado y sacar a los militantes de los cargos que se inventaron en un sistema del clientelista y ahorrar unos 30.000 millones de pesos por año a la Administración nacional.
-Recuperar la política exterior con una fuerte alianza estratégica con los países aliados históricos de la Argentina, tanto en América latina, como en Europa y con los Estados Unidos.
-Derogar los aspectos negativos de las leyes de abastecimiento, código civil, procesal penal, de medios audiovisuales y de telecomunicaciones, entre otras.
-Financiar Fútbol para Todos con recursos privados, creando nuevos productos comercializables y publicidad para dejar de gastar 1800 millones de peso por año en televisar futbol.
-Bajar las retenciones al agro progresivamente y reformular el sistema tributario para que no sea tan regresivo.
-Recuperar el federalismo devolviendo la coparticipación a las provincias en un 50 y 50 por ciento entre Nación y las Provincias y no como ahora que es 75 y 25.
-Recuperar el valor de la autonomía de las provincias en el voto parlamentario y dejar de someterlas a los recursos discrecionales.
-Articular un verdadero plan de infraestructura, obras de mejoramiento hidráulico, autopistas en todo el país.
Estos son algunos de los puntos que se podrían incluir en un gran acuerdo nacional. Por supuesto, puede haber muchos más.