LA NACION. Viernes 21 de noviembre de 2014
En un acto que no tuvo el brillo de los últimos cinco años, el jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, encabezó ayer en la localidad bonaerense de San Pedro la celebración oficial por el Día de la Soberanía y exclamó que “es ejercicio pleno de la soberanía nacional decirles que no a los fondos buitre, como hizo la presidenta Cristina Fernández Kirchner“.
Desde 2010, el Gobierno instituyó ese día como feriado nacional -se efectivizará el lunes próximo- para celebrar el 169° aniversario del Combate de la Vuelta de Obligado, en el que la Confederación Argentina venció a la flota anglofrancesa. Por eso, desde hace cinco años Cristina Kirchner le dio a ese acto el valor de una reivindicación antiimperialista épica, en el cual movilizaba a la militancia.
Pero ayer la jefa del Estado no pudo concurrir por segundo año consecutivo, por su reposo médico. En 2013, tampoco lo había hecho porque se recuperaba de una intervención quirúrgica en el cráneo. Sin embargo, el año pasado Cristina envió en su reemplazo al vicepresidente Amado Boudou, que ayer no fue por estar procesado por los casos Ciccone y la adulteración de documentos de un auto.
La mandataria designó a Capitanich en su lugar, mientras ella, desde Olivos, siguió de cerca las informaciones sobre el allanamiento de la empresa Hotesur, de su propiedad.
La Casa Rosada sólo informó sus audiencias con el ministro de Economía, Axel Kicillof, y con el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y su viaje por la tarde a El Calafate, para pasar el fin de semana largo.
Cristina Kirchner regresará el lunes y retomará la agenda oficial el martes próximo, cuando clausure la convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción, donde podría formular anuncios para intentar recuperar la iniciativa.
La jefa del Estado también podría recibir al jefe de la CGT oficialista, Antonio Caló, que le reclamaría un plus salarial de fin de año y cambios en el impuesto a las ganancias, lo que el Gobierno por ahora negó.
Además de Boudou, otra ausencia visible fue la del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, de tensa relación con la Casa Rosada, que en los años anteriores había concurrido como representante de la provincia para acompañar a la Presidenta.
En un discurso monótono, Capitanich aseguró que “de lo que se trata es de luchar contra aquellos intereses que pretenden enajenar la soberanía nacional”. Y agregó: “Hoy reivindicamos la soberanía, esa capacidad de poder autónomo en un territorio, de decidir por nosotros mismos, de gobernar nuestro espacio, de tomar nuestras propias decisiones”. Luego enumeró supuestos logros del Gobierno.
Como todos los años, el escenario se montó sobre el paraje de Vuelta de Obligado, donde en 1845 ocurrió la batalla en la que la Confederación Argentina comandada por Juan Manuel de Rosas venció a los barcos ingleses y franceses. Entre otros, asistieron al acto Kicillof y sus pares Débora Giorgi, Alberto Sileoni, Agustín Rossi, Florencio Randazzo y Cecilia Rodríguez.
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