El escenario que más atemoriza al Gobierno es un acuerdo entre el frente UNEN y Mauricio Macri. Por eso celebró como un triunfo la semana pasada el rechazo de la UCR y de parte de UNEN a aliarse con el jefe de gobierno porteño. Considera que ello garantizará la fragmentación del voto opositor y le permitiría mantener viva la posibilidad de que un candidato presidencial oficialista gane en la primera vuelta en 2015.
Para el futuro, los estrategas de la presidenta Cristina Kirchner temen que la crisis de UNEN genere un “voto útil” que beneficie a Macri o a Sergio Massa, y buscarían levantar a los candidatos presidenciales de UNEN, Julio Cobos o Hermes Binner. El objetivo oficial es consolidar la fragmentación opositora.
Según pudo saber LA NACION, los operadores políticos de Cristina Kirchner son su hijo Máximo Kirchner; y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini. También el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, candidatos del oficialismo, manejan este análisis.
“Nuestra apuesta es ganar en primera vuelta. Un ballottage uniría a todo el arco opositor y perdemos”, dijo un ministro a LA NACION.
“Y para ganar la Presidencia sin ballottage es clave sacar más de 40 puntos y que la oposición se divida en tres partes iguales en las primarias (PASO) de agosto de 2015 y así impedir el «voto útil» en las generales de octubre a favor de Massa o Macri. Y que ninguno supere los 30”, agregó el funcionario.
La Constitución establece que si un candidato supera los 40 puntos y lo aventaja por más de 10 al segundo, obtiene la presidencia sin necesidad de ir a un ballottage. Lo mismo ocurre si obtiene más de 45%, sin importar la diferencia sobre su seguidor.
¿Cómo levantar a Cobos o Binner en las PASO? “La manera más clásica es elegir al candidato de UNEN para confrontar en el discurso previo a agosto. Como Cristina hizo con Macri para desgastar a Scioli y a Massa en su momento”, se sinceró otra fuente de la Casa Rosada.
“La fragmentación no es definitiva: Elisa Carrió y Ernesto Sanz pueden cerrar un frente con Macri”, se atajó otro alto funcionario. Macri le envió anteayer a Carrió una señal y dijo que “es una dirigente con coraje y dice muchas verdades”.
“Hoy, el Gobierno tiene el 40%, pero la oposición el 60%. Lo que quiere el Gobierno es que ese 60% se divida en tres candidatos de 20/25 puntos cada uno para poder ganar con el 40% en primera vuelta. De lo contrario, cualquiera nos ganaría en el ballottage. Es clave ganar en primera vuelta”, agregó otra fuente oficial.
El peligro para el Gobierno reside en que Macri y Massa superen en las PASO de agosto a UNEN por más de 5 o 10 puntos, y los votantes de Cobos o de Binner cambien en la primera vuelta de octubre por Macri o por Massa con un “voto útil” para enfrentar al kirchnerismo.
En esas elecciones de octubre se definirán el posible ballottage y las bancas en el Congreso. Si ocurriera ese corrimiento, UNEN quedaría diluido y perdería varias bancas. Massa, Macri y Scioli (o Randazzo) competirían así por entrar en la segunda vuelta de noviembre.
“Sería el peor escenario para el Gobierno: un polo opositor concentrado que se despegara del resto con más de 30 o 35 puntos en primera vuelta”, dijo un funcionario, porque podría ganarle al oficialismo con los votos del resto en la segunda.
Cristina Kirchner siente que no tiene margen ahora para restarle apoyo a Scioli si los gobernadores e intendentes del peronismo lo apoyan. Todavía alienta a Randazzo para que compita en las primarias y sólo elegirá su candidato en marzo o abril de 2015, lo más tarde posible, para demorar el ascenso de una figura más fuerte que ella en el PJ.
Pretende que el kirchnerismo cogobierne en una futura coalición con el peronismo tradicional. Es por ello que, pese a que Scioli había crecido tras varios gestos amistosos de la Casa Rosada, la semana última ella buscó debilitarlo para poder imponerle los candidatos a diputados y a vicepresidente en una futura negociación. Cristina y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, llamaron a funcionarios y gobernadores para que no viajaran el lunes último a Mendoza a un acto que encabezaría Scioli por el Día de la Militancia..