La Nación, miércoles 4 de febrero de 2015 PEKIN.- La presidenta Cristina Kirchner quería tomar distancia en esta ciudad del molesto caso Nisman, pero no pudo cumplirlo del todo. La crisis desatada por la actitud del jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, que el lunes último exhibió violentamente por televisión como rompía una nota del diario Clarín sobre la causa judicial no dejó de estar presenta puertas adentro de la comitiva. Incluso se supo que la mandataria habló con Capitanich por teléfono aunque no trascendió el contenido ni el tenor de esa charla. La orden que bajó la mandataria a todos sus funcionarios, según pudo saber La Nacion, fue la de hacer un total silencio en Beijing sobre el exabrupto de Capitanich, para no enturbiar los resultados de su visita de Estado al presidente chino Xi Jinping, con quien hoy firmará una decena de acuerdos nucleares, energéticos, de agricultura y alimentos. Esa fue quizás una de las razones por la cual ningún funcionario, ni la Presidenta, se acercó a los periodistas siquiera para conversar sobre los pormenores de la gira que tanto quiere exhibir la jefa del Estado. Siempre los periodistas estuvieron aislados de los hombres de Cristina. El espectáculo de Capitanich ocurrió mientras ella estaba en vuelo desde Marruecos hacia Pekin. Sin embargo, algunas fuentes indicaban que la ruptura del diario ante las cámaras fue convenido con la mandataria y otras aseguraban que ella estaba molesta con el episodio porque le quitaba protagonismo a la visita china, a la que se quería utilizar para sacar de la agenda a Nisman. Además, contradecía abiertamente el último discurso de Cristina Kirchner por cadena nacional del viernes último. La Presidenta dijo ese día que es “predemocrático” limitar la “libertad de expresión” cuando un fiscal le pidió no interferir en la causa por la muerte del fiscal especial de AMIA Alberto Nisman. Y el lunes Capitanich rompió con bronca un diario frente a la televisión diciendo que era “basura” y generando un clima adverso a la prensa. Para colmo, ayer la fiscal Viviana Fein confirmó la información que había dado Clarin y que Capitanich consideró “basura” por una desmentida anterior de la misma Fein, a quien en la comitiva ayer criticaban profundamente. La pregunta no contestada por el Gobierno ayer era si Cristina apoyaba el acto de intolerancia de Capitanich o si lo había reprendido por ello. No hubo respuestas. Respuesta a la UIA El otro motivo de bronca en la comitiva era el comunicado de la Unión Industrial Argentina (UIA) que anteayer había protestado porque los acuerdo con China implicaban la exclusión de empresas argentinas en negocios con el Estado y entre privados. El ministro de Planificación, Julio De Vido, fue el encargado de contestar. “Habrá fuerte participación de empresas argentinas”, replicó. “Ningún acuerdo prevé una participación de empresas nacionales menor al 50 por ciento”, dijo el ministro. “Se dará fuerte impulso en diversos sectores industriales y transferencia de tecnología”, agregó y sentenció que “el informe de la UIA es completamente equivocado”.