LA NACIÓN- Miércoles 01 de abril de 2015
El acto en La Matanza de ayer fue organizado a las apuradas el viernes último para contestarles por cadena nacional a los dirigentes sindicales disidentes que organizaron un paro masivo de 24 horas en reclamo por el impuesto a las ganancias. En este contexto, la presidenta Cristina Kirchner los atacó ayer a voz en cuello durante 30 minutos y condenó a “los que vienen del palo” por no ser “solidarios” y por protestar “por tener que dar un poquito de su sueldo para otros compañeros”.
“Como decía Evita, le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de dónde vinieron que al de los oligarcas”, exclamó ante unas 4000 personas en su discurso más duro contra los sindicatos.
“No tenemos que enojarnos por los que no piensan como nosotros, me duele mucho más cuando los que vienen del palo [sindicalistas] y lograron «pelechar» un poco, lograron un trabajo más remunerado, se olvidan los que están fuera del trabajo o todavía no ganan lo suficiente”, se despachó la Presidenta para enfrentar a los trabajadores oficialistas con los opositores.
Dijo que sentía “mucha vergüenza”. Y agregó: “Me duele que los que tienen un trabajo bien remunerado hagan un paro porque tienen que ceder un poco de su sueldo”.
La mandataria nunca convocaba a actos en los días de huelga y permanecía en Olivos. Pero el viernes último improvisó uno para ayer con anuncios atemporales para compartir protagonismo con los jefes sindicales y enfrentarlos en el discurso y la iniciativa. Congregó así a todo su gabinete en el Centro Cultural y Deportivo Juan Domingo Perón. También sentó en el escenario al vicepresidente Amado Boudou; al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, principal candidato presidencial del Frente para la Victoria, y al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, entre otros. En agradecimiento al gesto de haber elegido a su terruño para pelear a los sindicatos, Espinoza, que es precandidato a gobernador para las primarias del 9 de agosto, le devolvió el gesto a Cristina: “En La Matanza no hubo paro”. Antes de la cadena nacional, que usó por undécima vez en 2015, Cristina Kirchner desnudó su condición de figura central de la campaña electoral y les gritó a los militantes: “Les vamos a ganar a todos”. Horas antes los jefes sindicales que organizaron el paro: Hugo Moyano, de la CGT Azopardo; Luis Barrionuevo, de la CGT Azul y Blanca, y Pablo Micheli, de la CTA, además de los 22 sindicatos del transporte, lo calificaron de “contundente” y amenazaron con otro de 36 horas. Eso enardeció a Cristina Kirchner. Desmereció la medida de fuerza con varios artilugios verbales. “No se trata de reivindicaciones obreras, se trata de oposición”, dijo, fastidiada. “No estoy enojada, porque si hubiera habido trenes, colectivos, subtes, si no hubiera habido huelga de transporte, no hubiera habido paro, hubieran ido todos a trabajar”, conjeturó. “Creo que todo el mundo tiene derecho a ser opositor, pero no ir a presionar a un gobierno”, dijo Cristina, que desafió a los popes sindicales a “presentarse a elecciones, pero no llevar a actitudes que les hacen mucho mal a los trabajadores”. DISCRIMINACIÓN Sin nombrarlo atacó a Barrionuevo, que por la mañana había llamado “rusito” al ministro de Economía, Axel Kicillof. “Estoy esperando si alguna entidad le va a hacer una denuncia por discriminación”, dijo la Presidenta, que atribuyó el apodo a que Kicillof es de origen judío. “Parece mentira que después de todo lo que pasó el país haya gente que discrimine, sea al ministro de Economía o a un barrendero”, dijo Cristina Kirchner. La Presidenta inauguró obras de ampliación de red de agua potable de la empresa Aysa, distribuyó tierras fiscales e inauguró inmuebles. “No hay que confundir jamás a los trabajadores con algunos dirigentes sindicales, porque sería injusta si generalizara”, diferenció, aunque se quejó de que los maquinistas “ganan cinco o seis veces más que sus pasajeros”. “Al puñado que no quiere colaborar con el país les pido que piensen en los que a todavía les falta trabajo”, buscó enfrentarlos. “No estoy orgullosa de que no se les permita ir al trabajo al 90 por ciento de los trabajadores”, dijo.
Quizás en un acto fallido, la Presidenta dijo: “El día de mañana, cuando no esté en el gobierno…”. Pero luego se corrigió: “Estoy segura de que no va a suceder porque vamos a seguir siendo gobierno”..