LA NACIÓN, domingo 20 de septiembre de 2014
El debate en torno del destino de Cristina Kirchner cuando deje el poder se potenció a partir del discurso del sábado pasado de Máximo Kirchner. Allí se abren tres escenarios posibles. La Presidenta evalúa ser candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires para arrastrar votos que le permitan sumar bancas propias; negociar un cargo internacional en Unasur o la ONU, o regresar a Santa Cruz y hacer política desde el llano y dedicar más horas a su familia.
Según coinciden todas las fuentes consultadas por LA NACION, la mandataria intentará fortalecer a La Cámpora y a su estructura de “miles de empleados públicos” del Estado para darles a los jóvenes un protagonismo en las elecciones presidenciales de 2019.
Quiere que “los pibes” integren un gobierno de coalición peronista desde 2015 con cualquier presidente del PJ, Daniel Scioli o Florencio Randazzo. O que sean la principal referencia opositora como Frente para la Victoria (FPV) si el futuro gobierno es de Sergio Massa, Mauricio Macri o de UNEN.
En cualquier caso, Cristina pretende que La Cámpora alumbre un candidato presidencial para el turno siguiente: 2019.
“Sus herederos son los pibes”,
dicen en Balcarce 50. La Presidenta aún evalúa su futuro: teme un deterioro económico y una derrota en las urnas si es candidata, y sus médicos le aconsejan no afrontar nuevas campañas.
El debate se desató luego de que su hijo Máximo Kirchner desafió a la oposición hace ocho días:
“Si quieren acabar con el kirchenrismo, por qué no compiten con Cristina, le ganan y sanseacabó”. Quizás en un lapsus, pronosticó a renglón seguido: “Y nosotros volvemos a la calle a reconstruir la fuerza política para volver a gobernar la Argentina en los próximos años”.
Para trabajar por ese regreso, Cristina podría presentarse como candidata a diputada. El distrito más conveniente es la provincia de Buenos Aires: le permitiría arrastrar entre 13 y 15 diputados a la Cámara baja, la mayoría incondicionales de ella. Supone que tendría un piso de 30% de votos que no garantiza otro postulante. De paso, obtendría protagonismo electoral y se lo restaría al futuro candidato presidencial del FPV.
Adosaría su boleta a la del candidato presidencial del FPV, ya sea Scioli o Randazzo. ¿A quién impulsaría? Sólo en diciembre o marzo definirá si respalda a alguno o no. Hoy sus señales son ambiguas.
Una banca le garantizaría un espacio institucional para hacer política y liderar una corriente de peso en un eventual gobierno de Scioli o de Randazzo, los que deberían apoyarse en el peronismo clásico y en el kirchnerismo, que retendría un bloque de 60 o 70 diputados, muchos camporistas. En esa coalición peronista Cristina negociaría todo: políticas, cargos y un vicepresidente de La Cámpora.
En caso de triunfar Massa, Macri o UNEN en 2015, el bloque de diputados ultracristinistas, y una banca propia, cobrarían más valor aún: sería así la jefa de la oposición frente a un gobierno de signo opuesto. Cristina teme que Massa o Scioli, si llegan al poder, le arrebaten esos militantes y soldados. Con Macri no tendría ese problema.
Sobran antecedentes de ex presidentes que terminaron en una banca: Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá. Cristina ata su suerte a la de Máximo. Lo miden como candidato a intendente de Río Gallegos, a gobernador de Santa Cruz, o a diputado nacional. Pero su popularidad es pobre aún.
Randazzo suele decir que Cristina le dará su apoyo en contra de Scioli y le gira recursos para su revolución ferroviaria. Scioli descuenta que ella lo bendecirá por el apoyo de los gobernadores e intendentes del PJ. Randazzo, Scioli y Cristina consideran -y desean- que competirán contra Macri en un ballottage. Massa les divide el voto peronista y podría atraer el voto útil independiente y opositor a los K, en una segunda vuelta.
En caso de desistir de una postulación local, Cristina podría aspirar a la secretaría general de la Unasur, que ocupa el ex presidente colombiano Ernesto Samper hasta mediados de 2016, y que antes lo hizo Néstor Kirchner.
La mandataria explotaría así un perfil internacional desde el cual, por ejemplo, podría alzar banderas contra la especulación financiera y la defensa de las reestructuraciones de deuda. No descartan algún cargo en la ONU con el apoyo del G-77.
La otra alternativa es el llano: un lugar en el cual no está desde hace 23 años y que para cualquier peronista equivale a una traición..
Escuchá a Mariano Obarrio los sábados de 9 a 11 en Unas Cuantas Verdades por radio El Mundo AM 1070
Mariano,
Esta gente (gentuza) vive fuera de la realidad.
Trabajo es trabajo, todo bien, pero el sable que se lo tragen ellos.
Lucky
César
Date: Sun, 21 Sep 2014 06:05:02 +0000 To:
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