La Nación, viernes 23 de enero de 2015
Los principales funcionarios de la Casa Rosada estaban descolocados con el giro en el discurso de Cristina Kirchner, que ayer cambió la tesis del suicidio inducido por la del homicidio para referirse a la muerte del fiscal Alberto Nisman. ¿A qué se debió esta voltereta en el aire? “No lo sé, no me cierra. Todos estábamos convencidos del suicidio inducido”, dijo un ministro a LA NACION.
Cerca del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, tampoco había información y estaban igual de sorprendidos que los periodistas. El ministro coordinador fue consultado a través de sus voceros, pero nunca llegó una respuesta explicativa.
El desconcierto reinó durante buena parte del día en Balcarce 50. “Fueron los servicios los que lo mataron. Todo el Gobierno le apunta a Jaime Stiusso”, dijo otro funcionario involucrado en estos días en las conversaciones con las esferas judiciales que investigan el caso.
Según confiaron a LA NACION fuentes de la Casa Rosada, la Presidenta tuvo información de los cambios en la causa mediante dos vías que ahora concentran la interlocución con la jefa del Estado, en relación con el caso que más costo político le generará a Cristina Kirchner, con vistas a las elecciones de octubre. Esas dos vías son el secretario de Seguridad, Sergio Berni, y la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, que tiene diálogo directo con la fiscal Viviana Fein, que milita en la agrupación Justicia Legítima.
“La procuradora habla mucho con Cristina y ella tiene trato con Fein, por lo cual es posible que obtuviera información de la causa que indicara un vuelco en la hipótesis del suicidio hacia la del homicidio”, señaló a LA NACION una fuente muy allegada a la residencia de Olivos, donde permanece la jefa del Estado.
“Si la Presidenta dijo que es homicidio, ella está más informada que todos nosotros”, dijo otro alto funcionario que en los últimos días interpretaba el discurso oficial.
En la Casa Rosada se evaluaba el costo político del giro y del cambio de rumbo en la línea argumental y en el discurso. Algunos la consideraban más beneficiosa que insistir en la teoría del suicidio, con lo cual el Gobierno aumentaba su pérdida de credibilidad entre los sectores medios y los ámbitos internacionales.
“Con esto descomprimimos unos días y nos acomodamos a lo que piensa la gente. Hasta que la jefa tenga alguna nueva carta para jugar”, señaló un funcionario.
Tanto Gils Carbó como Berni impusieron a la Presidenta de la debilidad de la hipótesis del suicidio y de la pista que más conduce a un homicidio: el empleado de la fiscalía Diego Ángel Lagomarsino era un hombre de confianza de Nisman y dijo haber ido a entregar un arma por pedido del fiscal, pese a que éste ya tenía otras dos para defenderse de supuestos ataques. A través de una jueza amiga, Lagomarsino dijo a Página 12 que Nisman le contó que Stiusso le había dicho al fiscal que debía cuidarse de su custodia.
Cristina dijo en su carta que Lagomarsino “fue el último que vio” a Nisman y que “debe ser muy custodiado”. Sembró, así, sospechas sobre la posibilidad de que ese empleado sepa mucho más de lo que admite. También Berni planteó desprolijidades de la custodia de Nisman y por eso la Presidenta ordenó un sumario para los efectivos, que el secretario de Seguridad puso en ejecución.
Algunos en el Gobierno consideraban que luego del audio de una de las escuchas la Presidenta podría soltarle la mano a Luis D’Elía. Y si es necesario culparían al jefe de Quebracho, Fernando Esteche. La preocupación por el contenido de las escuchas va en aumento.
Pero la estrategia será intentar demoler la denuncia de Nisman, desgastar su figura aun después de muerto, golpear sobre los medios y sembrar sospechas sobre empresarios que pudieron, a juicio de Cristina, estar detrás de Stiusso, al que intentarán demonizar.
VÍCTOR HUGO DISCREPA
En una declaración sorprendente, el locutor Víctor Hugo Morales discrepó ayer “absolutamente” de la presidenta Cristina Kirchner, luego de enterarse de su cambio de opinión sobre las causas de la muerte del fiscal Alberto Nisman. “Discrepo totalmente con la idea de la señora Presidenta, pero para el Gobierno era incómodo seguir con la idea del suicidio”, dijo el relator uruguayo.
Para el locutor, “para que sea asesinato debería existir una zona liberada por todos los que rodeaban a Nisman”, afirmó Morales en su programa, que se emite por Radio Continental.
EL CAMBIO DE HIPÓTESIS
Aníbal Fernández, Secretario Gral. de la Presidencia
Lunes
“La autopsia y las pericias están casi resueltas”
Jueves
“Las cosas se ponen cada vez más extrañas”
Sergio Berni, Secretario de Seguridad
Lunes
“Todos los caminos conducen a un suicidio”
Jueves
“Me parece que la teoría del suicidio cada vez queda más lejos”.