En un año, unas 460.000 personas dejaron de buscar trabajo y se suman a los 1,3 millones de desocupados

Por Mariano Obarrio | LA NACIONSEGUIR

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El gobierno de Cristina Kirchner suele exhibir como un trofeo político y económico el índice de desempleo de 6,9% en diciembre último. Pero a esos casi 1,3 millones de desocupados, se agregaron en el último año 460.000 personas que dejaron de buscar trabajo: el promedio de la población económicamente activa (PEA) durante 2013 fue de 19,1 millones de personas, mientras que en 2014 la media de ocupados o que buscan empleo resultó de 18,6 millones de habitantes.

La PEA es la franja poblacional de ocupados y desocupados que buscan trabajo y están en condiciones de tener empleo. Y se mide sobre los 41,5 millones de habitantes.

En 2013, el promedio fue del 46% de la población total, o sea, 19,09 millones de personas. En 2014 fue de 44,9%, que equivale a 18,63 millones de personas. La baja de 1,1% implica que 460.000 personas dejaron de buscar empleo.

Por lo tanto, bajó el universo sobre el cual se mide el desempleo de 6,9% y ésa es una forma de disimular la desocupación y la reducción de la actividad laboral.

Así surge de un estudio de auditores de la Asociación de Personal de Organismos de Control (APOC), realizado sobre las cifras de empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) y publicado en http://www.elauditor.info.

El informe consignó que el Indec midió la PEA en el tercer trimestre de 2014 en 44,7% (18,5 millones de personas) y en 2013 era de 46,1 (19,1 millones). Eso implica que en 2013 de cada 1000 personas 461 trabajaban o buscaban trabajo. Y 447, en 2014. Y, de ese modo, se esfumaron más de 500.000 personas en condiciones de trabajar.

Las razones

Según expertos consultados por LA NACIÓN, la caída de personas que buscan trabajo registra causas diversas: el estancamiento económico, la proliferación de planes sociales, subsidios y jubilaciones, y la metodología de medición, entre otras.

Tal como informó este diario hace dos semanas, en 2014 el gobierno de Cristina Kirchner repartirá 18,2 millones de planes sociales que están presupuestados en $ 157.209 millones, más del doble que en 2013, que era de $ 74.370 millones.

La tendencia de la PEA es decreciente. En septiembre de 2012, el Indec midió que era de 46,9% (19,5 millones de personas); en diciembre de ese año, 46,3%; en el primer trimestre de 2013, llegaba a 45,8%; en el segundo, a 46,5%; en el tercero era de 46,1%, y en el cuarto, de 45,6 por ciento.

En 2014, la sucesión cada tres meses fue de 45%, 44,8%, 44,7% y 45,2% (18,75 millones de personas). Desde el tercer trimestre de 2012 hasta el último de 2014, la PEA descendió el 1,7%, unas 710.000 personas.

Según los datos de Marcelo Capello y Gerardo García Oro, de Ieral, “entre 2009 y 2014 se detuvo la creación de puestos de empleo privado y unas 800.000 personas se retiraron del mercado de trabajo”. Los motivos, agregaron, “no fueron ni el retiro del trabajador ni el estudio y formación. Si no se hubiesen retirado, la tasa de desempleo se podría aproximar ahora al 11-12% de la PEA, en lugar del 6,9 por ciento”.

Es decir, la baja de la PEA le sirve al Gobierno para disimular el índice de desempleo. Si bien en el cuarto trimestre del año último la PEA subió de 44,7% (18,5 millones de personas) a 45,2% (18,75 millones), la tendencia sigue siendo a la baja, según los expertos de APOC.

Si se mide trimestre contra trimestre, la curva también fue en descenso. En el tercero de 2012, la PEA fue de 46,9% de la población total; en 2013, de 46,1%, y en 2014, de 44,7%. Si se observa el cuarto trimestre, en 2012 fue de 46,3%; en 2013, de 45,6%, y en 2014, de 45,2%. Siempre bajó en términos estacionales.

Para Juan Luis Bour, de FIEL, todo es consecuencia de “políticas públicas que desincentivan el ingreso, ya que por aumento de actividad económica entre 2003 y 2011 deberíamos haber esperado un significativo aumento de la tasa de empleo”. Dijo que la caída de la PEA “no es por un aumento de la proporción que estudia”, sino porque “hay programas sociales que «sacan» a los jóvenes del mercado laboral”.

En tanto, Jorge Colina, de Idesa, observó que el fenómeno combina factores como el “estancamiento de la economía” y “la expansión de los subsidios asistenciales, las moratorias previsionales, las pensiones no contributivas, la Asignación Universal por Hijo, y el Plan Progresar, que inducen a estos comportamientos, ya que son subsidios a la inactividad, o sea, no exigen una contraprestación de trabajo”.

El extremo del engaño en materia de desempleo, consignó el estudio de los auditores de APOC, es la provincia de Chaco. Registra un 0,2% de desempleo, pero una PEA de 27%. Ello equivale a decir que cada 1000 chaqueños, trabajarían o buscan trabajo sólo 270 y que 730 no lo hacen. El Gran Resistencia, por ejemplo, tiene 406.000 habitantes, una PEA de 112.000 personas y 111.776 tienen trabajo: solamente 224 personas quedaron desempleadas.

El analista económico Marcos Hilding Ohlsson, de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que todo lo anterior “demuestra que hace años que no se crea empleo productivo” y que “si no aumenta tanto el desempleo es porque lo esconden bajando la población económicamente activa, con más empleo público y con más planes sociales”.

La Argentina, un país donde conviven la ley y la trampa

De una escena trivial, de todos los domingos, podemos tomar el ADN de nosotros. En la Bombonera, hace años, muchos de  quienes tienen ingreso a la tribuna popular baja se trepan a la tribuna alta. Con gran habilidad, destreza y rapidez, se suben por las rejas y mamparas como arañas. No importan las puntas de hierro ni las medidas de seguridad, colocan sus manos justo por donde no se lastiman.

La policía mira para un costado. Saben que eso ocurre y lo aprueban con su pasividad. Si todo ese ingenio se pusiera en respetar la ley ocurrirían mejores cosas y esos muchachos, apasionados, podrían incluso pagar una platea porque vivirían en un país con más oportunidades.