Mauricio Macri está a punto de cometer un error de esos que en política se pagan caro y, en este caso, por partida triple. Nunca un aliado se le ofreció en condiciones tan favorables. Sergio Massa le ofreció bajarse de la competición presidencial y complementar fuerzas como gobernador. Y en lugar de tenderle la mano, lo despreció hasta la humillación.
-El Pro pudo eliminar un competidor por el voto opositor en la pelea nacional. Y Massa al estar en la lista iba a consolidar su votante peronista a favor de Macri.
-Pudo sumar a un aliado invalorable en la pelea bonaerense, la madre de todas las batallas y donde el Pro está más que débil, y así bloquear la reelección K en Bueno Aires. Ahora la provincia caerá muy probablemente en manos de Aníbal Fernández.
-Pudo ganarse, casi gratis, un aliado en el Parlamento para un futuro gobierno macrista. Ahora, aunque sea presidente Macri, tendrá dificultades para conseguir votos del massismo para votar cualquier ley. Al despreciarlo en público, no hizo más que construir el deseo de revancha del joven tigrense.
Desaprovechó las tres oportunidades en un solo acto. En la provincia Macri no podrá igualar los votos peronistas, por lo que su candidato/a gobernador difícilmente equipare al de Scioli. Scioli sacará más votos que Macri, máxime si Massa juega en la competencia.
Ergo, si gana Anibal Fernandez la PASO del PJ, luego tendría un piso de 40 puntos y tendrá dos candidatos opositores que se neutralizan: Vidal y probablemente un regresado Francisco De Narváez. Difícilmente uno de ellos polarice contra Aníbal luego de las PASO de agosto. Hay que recordar que la gobernación se define en la elección del 25 de octubre y no hay ballotage.
El que saca un voto más gana. No hay otra oportunidad, como sí la hay en la elección presidencial. Este dato es clave y muchos no lo tienen en cuenta.
En caso de sumar a Massa, Macri dejaba en manos de Massa la polarización contra Anibal Fernández, que tiene la mayor imagen negativa. Massa podría haber ganado incluso con votos del PJ la gobernación. Y bloqueaba a Anibal Fernández. ¿Vidal puede cerrarle el paso al PJ en la provincia?
Ni Graciela Fernández Meijide, pese a la ola delarruista de 1999, pudo impedir el triunfo de Carlos Ruckauf.
Luego de un susto la semana pasada, volvió el triunfalismo a la Casa Rosada. A Cristina y sus ministros se les cortó la respiración cuando circuló la información del posible acuerdo Macri-Massa. Decían que si éstos se juntaban en provincia, el peronismo K estaba en problemas. Y que Cristina iba a evaluar seriamente pedirle a Randazzo que bajara a la provincia a enfrentar a Massa como gobernador.
Aníbal Fernández denunció el acuerdo Macri-Massa para boicotearlo. El kirchnerismo y Anibal respiraron aliviados por la negativa de Macri.
Con Massa en su alianza, Macri podría haber sumando para él, en la nacional, votos massistas que al estar Massa no se irían con Scioli. Ahora, Massa será candidato a presidente y se llevará un 15 por ciento que luego de la PASO podrían no ir en pleno con Macri porque al ser peronistas preferirían a Scioli y porque al haber sido despreciado Massa tendrán despecho o resentimiento hacia Macri que ya de por sí es un voto difícil para un peronista.
La nueva política es abarcativa y no sectaria. Macri puso límites y no sumó. Eso no es Pro. La nueva política exige dejar atrás la hipocresía. El marketing de la “pureza” partidaria se desmorona en pocos segundos. El argumento de que Massa fue K no resiste el archivo: no se lo aplicó con Reutemann, ni con Cariglino, ni con Posse. Elisa Carrió, su aliada, tampoco lo usó con Ocaña, ni con Lousteau.
¿Por qué entonces hay que sumar massistas pero sin Massa? ¿Y el marketing? También suena a vieja política de punteros. ¿Qué se compra y qué se vende en esa negociación?
Mientras Daniel Scioli no tiene reparos en sumar a La Campora ni a Anibal Fernández, sin ponerse colorado, ni adherir a caudillos como Gildo Insfrán o Luis Beder Herrera, o a lo más rancio del peronismo del interior, Macri aplica vetos direccionados a dirigentes con los que tuvo problemas personales. Massa, De Narváez…
Paradógicamente, Carrió acusa de mafioso a Anibal Fernandez pero al rechazar a Massa le entregara la provincia a quien denuncia. A la ética de la convicción hay que complementarle la ética de la responsabilidad.
La suficiencia y el “no necesito del otro” de Macri, Duran Barba y Carrió lucen a soberbia. Lo mismo hacía Massa con ellos antes de venirse a pique. ¿Devolución de atenciones? La soberbia y los egos personales no son buenos consejeros en política. Muchos macristas tienen al hablar un exceso de confianza de quienes ya se creen campeones sin jugar el partido. Quienes pecan de ello suelen cavarse su propia tumba. Massa puede dar fe de ello.
¡Excelente!
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“A la ética de la convicción hay que complementarle la ética de la responsabilidad” – Muy buena observación, sería necesario que alguien se lo traduzca a los involucrados.
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A VECES.DAN GANAS DE DECIR “PAREN EL MUNDO, QUE ME
QUIERO BAJAR”. EL EGOISMO, EL peronismo CORRUPTO Y LA
FALTA DE MORAL, NOS QUIEREN LLEVAR A LA DEBACLE QUE
YA INICIARON NCK, SU COMPLICE CFWK Y ESO DELEZNABLE
LLAMADO “la campora”.
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