En su catarata de tuits, la Presidenta recuerda que Perón volvió el 17 de noviembre de 1972 por la actividad de la militancia, sobre todo en la calle, geografía de las grandes gestas patrióticas. Entonces reivindica la autoconvocatoria de la militancia en el Obelisco del sábado 14-11, que en realidad fue de poca concurrencia porque la cúpula de La Campora la desmovilizó y la boicoteó en señal de retiro de apoyo a Scioli y dicen que Cristina se enojó con la conducción de Larroque-De Pedro.
Por eso, en un mensaje interno a la Plana Mayor ahora ella los convoca a estar en la calle defendiendo el modelo y el candidato al que presiente perdedor, los invita a imitar a los militantes de a pie de La Campora que están haciendo campaña en los colectivos, los estimula con el ejemplo de Néstor Kirchner. Y dice que están en la calle porque defienden algo que quizás dentro de un año no tengan: y enumera todas las políticas del modelo que ella reivindica. Omite decir que no tendrán los cargos y la caja, lo que realmente les importa.
Advierte que una derrota es posible y esas conquistas y derechos podrían desaparecer. Entre ellos los cargos y la caja. Sugiere que en caso de que fueran eliminados los nuevos derechos hay que luchar desde la calle por defenderlos. Y entonces, desliza, El Calafate se convertirá en la nueva Puerta de Hierro y la vuelta de Perón se replicará como la vuelta de Cristina, gracias a la resistencia en la calle, luego de una corta noche de la derecha neoliberal y ajustadora, que le habrá eliminado toda la ampliación de derechos que el pueblo se merece por su trabajo y que la líder repuesta es capaz de devolverle.
Los Pibes están equivocados. No deben quitarle apoyo a Scioli, deben sostenerlo para que Macri no gane por más de 54% y llegue no demasiado fortalecido a la Presidencia. No hay que sobreactuar el boicot porque eso deslegitima internamente ante el resto del peronismo. Para controlar el PJ a futuro no hay que ser traidor ahora.
Pero desde este momento La Doctora asume el papel de la oposición a Macri, casi prescinde de Scioli, convoca a los pibes a la calle, para el regreso épico del modelo ante la segura debacle del ajuste y la devaluación. Para ella, Scioli es un candidato solo necesario para permitir un ajustado triunfo de Macri, un paso necesario para abrir las puertas al regreso y a la mística del proyecto nacional y popular.
Ya lo dijo ella misma: “Cuando vengan con que se vayan todos, yo no me voy a ningún lado. Estaré allí para decirles que tuvieron la oportunidad de crecer”. Ya avisó donde pretende estar.
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