Sergio Massa levanta la bandera del federalismo. Aunque para ello tenga que ratificar un DNU de su (¿ex?) jefa Cristina Kirchner firmado entre gallos y medianoche para poner en forma evidente palos en la rueda al Sucesor. Massa le quitaría la espoleta a la bomba. Resulta que Cristina se inoculó un federalismo póstumo: durante 12 años le quitó el 15% de la coparticipación a las provincias y se conmovió a último momento. Y Massa ahora hace seguidismo de la líder del Frente para la Derrota.
Ese 15% de coparticipación financió durante 12 años a la Anses y a los planes de netbooks, AUH, procrear, progresar, ñoquis para todos, y todo tipo de “ampliación de derechos”. Fue una caja o banco oficial. Nunca fue a financiar el 82% móvil a los jubilados. Massa condujo la Anses desde 2002 hasta 2008. Nunca derogó ese 15%, ni como director ejecutivo de la Anses ni como jefe de Gabinete de Cristina (2008-2009).
¿Y la bandera del federalismo por entonces? Durante la gestión de Néstor, Cristina y Massa la coparticipación a las provincias pasó de ser el 46% del total de los recursos nacionales a ser el 25%. El 75% del dinero que recaudaba la AFIP lo manejaba discrecionalmente Cristina, incluido ese 15% de coparticipación despojado a las provincias.
Usaron el dinero de las propias provincias para disciplinarlas: ellas resignaban mansamente ese 15% pero debían aplaudir mucho a la estadista de Tolosa. Y el que más aplaudía en el Salón de las Mujeres todas las ocurrencias de la Doctora se llevaba más dinero en obras y en retornos. Las únicas que no aceptaban ese juego eran San Luis, Córdoba y Santa Fe que eran discriminadas en el reparto.
Por eso, accionaron ante la Corte Suprema en 2006 por la devolución justa de ese 15%. El máximo tribunal nunca se enfrentó a Cristina, pese a que era presidida por un santafecino como Ricardo Lorenzetti e integrada por el cordobés Juan Carlos Maqueda. Pero hizo Justicia, y les dio la razón una semana antes de que Cristina Kirchner se fuera a su casa.
Y fue la ex presidenta, conmovida por el fallo, quien dictó en tiempo de descuento el decreto que extendía la devolución del 15% al resto de las provincias “perjudicadas” (por ella misma, claro). Cristina amplió unilateralmente el fallo de la Corte en su última gran intromisión en la esfera de otro poder. Su decreto implicaría 80.000 millones de pesos que la Nacion debería girarles que hoy no tiene. Cristina dejó bombas, ñoquis, descontrol administrativo, dejó de todo, menos dinero. Incluso, las provincias le deben mucha plata a la Nación, que ella les perdonaba trimestralmente.
Necesitado de ordenar la economía, Macri derogó el decreto de Cristina. Ahora el Gobierno, Frigerio y Monzó intentan negociar con los gobernadores la devolución del 15% en distintas formas, tiempos y especies. Los gobernadores aceptan la negociación. Pero Massa es más papista que el Papa y, necesitado de ponerse en valor, está a punto de apoyar con militancia peronista el decreto de Cristina y arrepentirse de lo que juntos hicieron durante doce años: pisotear a las provincias y olvidarse de todas las banderas federales.
Algunas cosas se pueden hacer para cumplir con el 15% contemplando el interés de la Nación y de las provincias. Por un lado, el gobierno central le puede condonar deudas a los Estados federales y compensarlas con la deuda que mantiene con ellos el Tesoro. Si la provincia A le debe a Nacion 5000 millones de pesos y la Nacion le debe 300 millones por mes en función del 15%, en 17 meses el Tesoro y la provincia quedan en cero.
Por otra parte, las provincias deben hacer su ajuste porque tienen administraciones desordenadas y la Nacion debe premiar con la devolución progresiva de ese 15%, más obras y mejores condiciones financieras a las que cumplan metas de equilibrio fiscal. Las más beneficiadas no serían las que más aplauden sino las que mejor administran.