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Una política diferente para recuperar las Malvinas en paz, sin un solo tiro, y para siempre

Por Mariano Obarrio

Al revés de la tensión actual, hay que reemplazar el enojo patriotero por la sensatez patriótica. El tema Malvinas hay que enfocarlo desde un acercamiento a los isleños humano y cultural. Si consideramos que las Malvinas son argentinas, como lo son, entonces los nacidos allí son argentinos y deben tener los mismos derechos que los nacidos en el Continente y ser tratados como tales y no como enemigos. Derecho a la educación, al comercio, a tener un DNI, a salir y entrar del Continente como se viaja desde Buenos Aires hacia Entre Ríos y hasta casarse con otro argentino o argentina y tener sus hijos, naturalmente argentinos. Deben ellos conocer el asado, el fútbol, la cultura, el teatro, la literatura, el cine, la política, los conflictos sociales y la economía de nuestro país, que en realidad es “su” país. Hay que educar a 3000 mil isleños en la cultura argentina. Pepe Mujica lo dijo con su estilo campechano, pero su abordaje es realista. Debería tomarse el conflicto desde la idea de una completa distensión e integración. Defender la soberanía no supone pelearse con la otra parte o amenazarla y presionarla. La soberanía es integración. Y sobre todo si del otro lado hay argentinos.
La visión beligerante genera el efecto contrario al deseado. Una potencia no puede dar muestras al mundo de que es llavada de las narices por un país con muchísimo menor poder militar. Nunca cederán nada. Inútilmente, recurrimos a intimaciones patoteriles cuando nuestro potencial enemigo sabe bien que nuestras Fuerzas Armadas son casi inexistentes, que no tienen poder de fuego para sostener una escalada, y se aprovecha para refregarnos en la cara de manera humillante una flota poderosa, una enorme base militar en las islas, y hasta se valen de colaboración de nuestros vecinos como Brasil y Chile, que por sus propios intereses estratégicos vulneran un acuerdo del Mercosur para ayudar a sus buques.
Estamos pues en el peor de los mundos. Nos engañamos a nosotros y obligamos a nuestros vecinos a mentirnos. Estamos condenados a patalear sin fuerza para hacerlo porque nuestras instituciones para la Defensa han sido diezmadas por el enemigo interno: el populismo antimilitarista. Habría que pensar entonces en la distensión desde la relación entre la Argentina continental y los isleños, como una mejor salida, al menos más digna y decorosa. Diseñar así un programa de becas de trabajo y de estudio para visitantes malvinenses, isleños, que consistiría en estadías de diversa duración en el Continente, y que tendría una mirada en perspectiva, a 30 o 40 años, para que se disuelvan los viejos recelos y desconfianzas entre ellos y nosotros.
Serían programas de tres o cuatro semanas -puede haber más extensos también- con cursos para todas las profesiones y oficios existentes en las islas, en los que se les mostraría la cultura y la política en la Argentina, con visitas turísticas, asistencia a espectáculos culturales y deportivos, viajes a distintas provincias y invitaciones a cursos y seminarios sobre la víabilidad de integrar las actividades en las islas con las del continente. Las becas podrían ser individuales o en grupos de 10 o 15 malvinenses de entre 24 y 50 años, para apuntar a los profesionales o a los que ya están en el mundo laboral.
Se los recibiría en nuestros claustros universitarios, en ONGs, en el Congreso, en las dependencias públicas por funcionarios oficiales y por dirigentes políticos, sociales y empresariales, en reuniones de una hora/hora y media, en donde cada anfitrion daría una charla sobre lo que hace y así se produzca un intercambio con preguntas y respuestas y se abriría un diálogo con un posterior contacto vía tarjetas de presentación. Por supuesto, se les garantizaría el alojamiento y la comida, ya sea en diversos hoteles, pensiones o casas de familias.
Ese tipo de becas, que podrían ser solventadas con una partida relativmente módica del Presupuesto nacional, se aplican en los Estados Unidos o en Alemania, entre otros países, y están dirigidos a profesionales o técnicos de todo el mundo. Son considerados como una parte sustancial de la política exterior de esos países ya que conciernen a su relacionamiento con la sociedad civil de otros países. Nosotros deberíamos exhibir todo lo bueno de la Argentina continental a los malvinenses, que no es poco. El 80 por ciento de ellos cambiarían su forma de pensar acerca de nosotros y eso sería un excelente paso para comenzar un diálogo desde otro lugar. Y esto sin pretender adoctrinarlos ni hablarles de soberanía, ni de los recelos antiguos, sino de futuro y de integración positiva. Este programa incluso podría ser bienvenido y respaldado por el Reino Unidos, porque también ese país busca la distensión entre las partes. Los reclamos de soberanía correrían por un carril diplomático completamente diferente, en todos los foros internacionales y en las Naciones Unidas como es histórico. No se renunciaría a nada. Mientras tanto se deben reequipar nuestras FF.AA. y se pueden negociar con el gobierno británico temas estratégicos que vayan acercando las posiciones y los intereses: combustibles, petróleo, pesca, o comunicaciones.
Incluso un primer objetivo de la estrtegia podria ser instalar una delegacion de nuestra Cancillería en las islas, que se encargaría de hacer de enlace y de compartir negocios, producción y organizar distintas actividades culturales y políticas. Con el tiempo, las Malvinas podrían ser un territorio de paz, desarrollo y producción, en el cual los intereses económicos y estratégicos de unos y otros vayan configurando la agenda de la soberanía real.
Se lograría así integrar a las islas a la vida de los argentinos y de los isleños. ¿Para qué queremos las islas si no nos interesamos por lo que pasa allí ni nos interesamos por la suerte de sus pobladores, que una vez más, son argentinos, nacidos en nuestro territorio? En pocas décadas se iría aflojando la tensión y los isleños podrían ver con mejores ojos la intervencioón progresiva de la Argentina continental en las islas, sobre todo si ello depara mejoras económicas para ellos y para todos. Sería indispensable entonces tener un puente aéreo con las islas desde el continente. Muchas ideas se podrían poner en marcha sin recurrir solamente a la monótona reivindicación anual ante las Naciones Unidas ni a las intimaciones patoteriles que son vistas como una seguidilla de señales de impotencia. Démosles verdadera integración a los isleños y alguna vez tendremos mejores resultados. Nuestros hijos, así, verán a las Malvinas bien Argentinas.

Escuchá a Mariano Obarrio los sábados de 9 a 11 en Unas Cuantas Verdades por Radio El Mundo AM 1070 

FalklandMalvinas

Cristina y Putin ponen el canal oficial ruso en la TV digital para ver la “Rusia real”

LA NACIÓN, 10 de octubre de 2014

Con una teleconferencia conjunta anunciaron el desembarco de la señal Russia Today

Cuando muchos esperaban el anuncio de un acuerdo entre las firmas petroleras YPF y Gazprom para explotar el yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén, la presidenta Cristina Kirchner hizo ayer una teleconferencia desde la localidad santacruceña de Las Heras con su par ruso, Vladimir Putin, pero la ocupó para presentar la incorporación en la grilla de la Televisión Digital Abierta del canal oficial ruso que se emite en castellano y que, pese a las proclamas antiimperialistas de ambos mandatarios, lleva un nombre en inglés: Canal Russia Today.

Al mismo tiempo, de acuerdo con lo anunciado ayer, la TV Pública de la Argentina será emitida por la televisión rusa.

La Presidenta sostuvo que de esa manera “se darán a conocer la verdadera Argentina y la verdadera Rusia”, pese a que ninguna de las emisoras informa de acuerdo con las reglas del periodismo independiente, sino que tienen una línea editorial claramente oficialista e incondicional de ambos gobiernos.

Por su parte, el presidente Putin apoyó a la Argentina en el conflicto que el país mantiene con los fondos buitre en tribunales de los Estados Unidos.

Durante un diálogo con Putin, transmitido en directo y con traducción simultánea, Cristina Kirchner coincidió con su par ruso en criticar a los medios de comunicación que no responden a la línea oficial. Destacó así:

“Estamos logrando comunicarnos entre ambos pueblos sin intermediarios para transmitir los valores propios”.

En medio de la pelea con los holdouts, la Presidenta consolidó una alianza con Rusia, China y el Grupo de los 77, como manera de tomar distancia de los Estados Unidos y la Unión Europea.

“Estamos contentos de incorporarla (la señal rusa). Pluralidad de voces, de culturas, multilateralismo en la información”, dijo la Presidenta, pese a que el gobierno de Vladimir Putin recibió múltiples denuncias en su país por violaciones de la libertad de expresión y de los derechos humanos. De hecho, en rankings internacionales de libertad de expresión el gobierno de Moscú figura en la parte inferior de la tabla. La organización Reporteros sin Fronteras ubicó a Rusia en el puesto 148 este año.

No obstante, su interlocutor ruso contestó a la jefa del Estado que “el derecho a la información es uno de los derechos inalienables, al igual que uno de los más importantes derechos humanos”.

Sin embargo, abonó la tesis de la mandataria argentina y criticó a la prensa. “Hasta se convirtió en un arma terrible que permite manipular la conciencia social”, señaló el presidente ruso.

Monopolio de la verdad

Putin fue más allá y dijo que “las severas guerras de la información, los intentos de algunos actores internacionales de establecer el monopolio de la verdad son los indicios que caracterizan el tiempo actual”.

“En dichas condiciones son especialmente reclamadas las fuentes alternativas y así es precisamente el canal de televisión Russia Today, que no emplea métodos que imponen de manera agresiva a los otros sus puntos de vista”, aseguró el presidente de la Federación Rusa. No aclaró a qué cadenas internacionales aludía con esa mención.

Por otra parte, Putin afirmó que su país respaldará a la Argentina en el conflicto con los holdouts. “Aquí en Rusia, al igual que en todo el mundo, vemos cómo ustedes luchan por los intereses de su país”, dijo el mandatario.

Y agregó que la postura del Gobierno “es un ejemplo para muchos y nosotros obligatoriamente la vamos a apoyar en estos fines que se proponen, que son absolutamente legales y legítimos”.

Cristina Kirchner señaló que “en momentos tan difíciles y complejos” del mundo ambos países impulsan “el multilateralismo y la convivencia pacífica entre los pueblos”, además del “respeto a las soberanías y a la identidad y a la pertenencia de los pueblos”.

Esta afirmación fue particularmente sugestiva por cuanto Estados Unidos y la Unión Europa impusieron recientemente sanciones a Moscú por lo que consideraron una “anexión ilegal” de la península de Crimea, en un fuerte conflicto que mantiene abierto con la vecina Ucrania.

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Verdades más allá de las diferencias por las atribuciones que se tomó La Doctora en NY

Se ha desatado una sorda discusión entre el Gobierno y la Iglesia. Los funcionarios que acompañaron a La Doctora a Roma a ver al Papa aseguran que el Pontífice bendijo todo lo que la Presidenta iba a decir, y finalmente dijo, en la ONU. Todas sus diatribas contra los Estados Unidos, según ellos, eran parte del mensaje papal, ya que Francisco condena la especulación financiera global y está preocupado por las once guerras actuales y por una eventual tercera guerra mundial.
Según ellos, Cristina vendría a ser la mensajera de lo que el Papa no puede decir en estos dos trascendentales conflictos.
Sin embargo, altísimas fuentes eclesiásticas aseguran que la Doctora sobreactuó, que se arrogó un papel de mensajera que Francisco no le dio, que ello generó inquietud y que existe malestar por las formas en que la Señora atacó a Barack Obama, algo que no estila hacer el Papa con los jefes de Estado.
Aquí está el matiz clave. Es posible que el Papa haya acordado los términos del discurso de Cristina y al mismo tiempo haya enviado luego a sus obispos más allegados a tomar distancia para preservar la figura papal del barro de la política. A esta altura sería un error desconocer que Francisco es un experto operador político de la Iglesia y parece que lo está demostrando. No por ser el carismático jefe del catolicismo habría de dedicarse sólo a ser Pastor sin pretender influir sobre la política nacional o internacional, como, por otra parte, lo hizo durante toda su carrera.
En la Rosada dicen que Francisco entonó a la Doctora y ésta, cebada en su entusiasmo, transmitió crudamente lo que, según amigos de ambos, se habló a solas entre cuatro paredes: la teoría difundida en algunos círculos de un país que financia al terrorismo y luego lo combate para impulsar la industria para la defensa, la venta de armas, motor del crecimiento de su economía estancada.
Por eso, luego de las repercusiones del discurso en la ONU, Francisco pudo haber negado ante los obispos su supuesto aval al tono agresivo y crispado de la Señora contra Obama. El Papa no desmintió a la Doctora que se pesentó como la mensajera. Lo hicieron sus amigos obispos, y al igual que los funcionarios que invocan el apoyo papal, lo hicieron sin exponerse sino mediante trascendidos. En el Gobierno y en la Iglesia existen, como diría Amado Boudou, los “machos del off”. Gracias a Dios. Sin ellos no fluiría la información profusa que circula.
El Papa comenzó a sentir las primeras críticas dentro del Vaticano y de algunos fieles por darle tanto escenario a la Presidenta y a La Campora. Y por tratar darles entidad en Santa Marta a hombres K como Guillermo Moreno o el sindicalista Omar Suarez, del SOMU, que protagonizó un escándalo en su sindicato en estos días .
Algunos empiezan a mirar debajo de la sotana y suponen que Bergoglio podría estar mimando a Cristina como paso previo para que ella le dé apoyo, y no perturbe, la candidatura presidencial de Daniel Scioli. Una misión de paz dentro del peronismo para darle efectos prácticos a la “cultura del encuentro”. Hay viejos nexos entre el gobernador bonaerense y el Pontífice desde cuando este era cardenal primado de la Argentina. Se reunían periódicamente a escondidas de los Kirchner con un histórico dirigente del PJ como intermediario, cuando Bergoglio era para el Gobierno una mala palabra.
Según fuentes del peronismo y de la Iglesia, Scioli sería la alternativa del justicialismo, con chances ciertas de triunfo, que mejor interpretaría los deseos de la Iglesia en la Argentina y del papa Francisco para el futuro: un componedor que evita el conflicto y que busca siempre el punto de encuentro, un estilo antagónico al de Cristina.
No es nuevo este fenómeno en el que los representantes de Dios se involucran en las cuestiones del César aunque siempre lo negarán con culpa. Dirigentes del PRO recuerdan que Bergoglio telefoneaba a ministros de la Ciudad para pedir que determinados dirigentes, bien vistos por la Iglesia, fueran incluidos en las listas de candidatos a cargos legislativos. Hoy siendo Papa, dicen que el ex cardenal primado suele leer los diarios argentinos por internet de 4 a 6 de la mañana, para luego dedicarse a la misión papal. Y tiene informantes propios. Sabe todo lo que pasa en Buenos Aires.
Luego de la gira de la Doctora, Axel Kicillof fue a acompañar a Scioli a obras del arroyo El Gato en La Plata, donde un ministro de Economía no tiene nada que hacer ni opinar. Sorprendió que Kicillof le dijera al gobernador, sonriente y de buen humor, que Cristina lo “había instruido para que en el futuro acompañe más seguido a Scioli en sus recorridas”. ¿Kicillof vice de Scioli? ¿Scioli es el caballo del comisario? No se puede decir eso ni mucho menos. Algunos lo suponen. Aunque también se sabe que el Papa tiene una excelente relación con hombres del macrismo, con el propio Mauricio Macri y con Gabriela Michetti. Es posible que Francisco vea con buenos ojos que se ordene y unifique el PJ para evitar en el peronismo los enfrentamientos estériles y violentos de otras épocas, desatados por falsas ideologías. Y luego que gane el mejor. Para eso sirve el mandato “cuiden a Cristina”.Quizás Bergoglio vea con buenos ojos una contienda final entre Scioli y Macri, un peronista y un conservador, ambos con buenas relaciones con la Iglesia. En este contexto, la Doctora le hizo otros gestos al Papa: ordenó la pronta sanción del nuevo Código Civil que enterrará el aborto y los excesos en la fertilización asistida y convocó al Observatorio Social de la UCA para dialogar sobre los preocupantes índices de la pobreza y la indigencia que denuncia, los que contradicen a los más benignos y adulterados del Indec y los que ponen nerviosos a los K, que más de una vez salieron a desmentirlos. También allí, tras el almuerzo en Santa Marta, la Doctora habría llevado un “mensaje de paz”.

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El Gobierno y la Iglesia disienten sobre el rol papal en las críticas de Cristina

LA NACIÓN, domingo 28 de septiembre de 2014

por Mariano De Vedia y Mariano Obarrio

Los duros discursos de Cristina Kirchner ante la ONU recibieron distintas interpretaciones en el Gobierno y en la Iglesia. Los funcionarios que integraron su comitiva aseguran que el ataque de la Presidenta al gobierno de los Estados Unidos por los fondos buitre y por la estrategia de combate al terrorismo “estuvo antes conversado con el Papa”. Pero obispos muy cercanos a Francisco se lamentaron de que ella “sobreactuó” y se atribuyó “un papel de mensajera” que Francisco no le concedió.

Revelaron que esa crispación generó “inquietud” en la Iglesia, según pudo advertir LA NACION en distintas fuentes eclesiásticas.

Sin embargo, un miembro notable de la delegación oficial del Gobierno enfatizó: “Todo lo que dijo Cristina en la ONU el miércoles último fue previamente conversado con el papa Francisco” en el encuentro del sábado 20.

Dijo que “del almuerzo de tres horas -en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano- dos horas se habló de política internacional”.

Pero entre los obispos generó sorpresa el “maltrato” que la mandataria le dispensó al presidente de los EE.UU., Barack Obama. Ello marcó una diferencia de estilo con la Iglesia.

“Pretendió tirarle de las orejas a Obama, cosa que el Papa nunca hace en el trato con los jefes del Estado”, estimó un arzobispo.

Sin embargo, en el Gobierno aseguraron a LA NACION que “el Papa le volvió a expresar” a Cristina dos preocupaciones centrales en su agenda: “Las once guerras que hay en el mundo, con peligro de una tercera guerra mundial”, y la altísima desocupación de la juventud en Europa “producto de las burbujas financieras mundiales y de los capitales especulativos del sistema financiero”.

Si bien los obispos admiten las coincidencias entre Cristina y el Papa en condenar la especulación financiera y la proliferación de guerras, el matiz del desacuerdo reside en las formas agresivas que la Presidenta utilizó para expresarse ante la Asamblea General de la ONU y ante el Consejo de Seguridad.

“No se puede presentar esa coincidencia como una aprobación en bloque de todo lo que hace el Gobierno”, dijo un obispo a LA NACION.

En las narices de Obama, ella acusó a Estados Unidos de apañar “un terrorismo económico y financiero” para “desestabilizar a la economía de los países y provocar hambre, miseria y pobreza”. Sugirió que ese país tiene “amigos hoy que son enemigos mañana”, que abastece de armas a terroristas y que recientemente acordó con Irán combatir al grupo fundamentalista ISIS, pese a haber condenado a la Argentina por firmar un memorándum de acuerdo con Teherán por el juicio por la AMIA.

También cuestionó el operativo norteamericano para eliminar a Ben Laden, jefe de Al-Qaeda, y dijo ser “desconfiada” sobre las imágenes de degüellos de ISIS: las calificó de “puesta en escena”. “No se combate al terrorismo haciendo sonar tambores de guerra”, desafió.

Se presentó entonces como mensajera del Papa: “Antes de venir aquí estuve en Roma entrevistándome con otro compatriota […] y quiero traer fundamentalmente el mensaje de paz”. Y reveló que fue amenazada de muerte por ISIS por su «cercanía» con el papa Francisco”.

Un obispo cuestionó ante LA NACION esa “sobreactuación”: “La propia Presidenta dijo que el Papa no tiene mensajeros y sin embargo se atribuyó ser su mensajera en la ONU”, reflexionó. Lo había dicho Cristina en Roma tras ver a Francisco al desmentir al ceremoniero pontificio, monseñor Guillermo Karcher, que había dicho que a Francisco le “preocupa la gobernabilidad” en la Argentina. “Nadie habla por el Papa; no le preocupa la gobernabilidad”, dijo Cristina que sin querer, en esa misma frase, habló por Francisco.

Según confiaron a este diario en el Gobierno, “el Papa está muy crítico de la política antiterrorista de los Estados Unidos”. “Francisco quiso que ella sea la portadora del proyecto de Scholas Occurrentes ante la ONU y le pidió que lleve con ella a José María Del Corral, director de ese proyecto. Podría haberlo enviado a través del representante en las Naciones Unidas”, dijo una fuente oficial.

En la Iglesia se lamentan de que “el buen gesto del Papa de recibirla con cordialidad ha pretendido ser aprovechado políticamente”. También de que Cristina hizo una interpretación recortada de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. “Francisco dice explícitamente que los dos grandes temas sociales son la inclusión de los pobres y el diálogo y la paz social. Estos últimos dos aspectos son omitidos por la Presidenta”, dijo la fuente que sintetizó el pensamiento de los obispos..

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Cristina cree que Washington “juega en contra” de Argentina

LA NACIÓN, sábado 27 de septiembre de 2014

La presidenta Cristina Kirchner consideró dos datos para extremar la tensión con el gobierno de Barack Obama en sus discursos ante la ONU. Por un lado, se convenció de que los Estados Unidos “juegan decididamente en contra de la Argentina” en la pelea con los fondos buitre y no quiere aceptar que Washington diga que el país está en default.

Por otro lado, el papa Francisco le hizo sentir un fuerte apoyo el sábado último, cuando almorzaron en la residencia de Santa Marta. El Santo Padre expresó sus coincidencias con ella en la condena a la especulación de los capitales financieros.

Pero el conflicto con los holdouts llevó a Cristina a ir un paso más y condenar al gobierno de Obama por su guerra contra el terrorismo internacional. Según allegados a ambos, el Pontífice también es crítico de la estrategia bélica norteamericana.

“Es posible que la Presidenta extreme la tensión hasta el límite para luego llegar a algún tipo de acuerdo con el gobierno de Obama”,

confió un funcionario a LA NACION.

Pese a todas las tensiones, el canciller Héctor Timerman, aseguró que “la Argentina no está enojada” con los Estados Unidos, y dijo que lo que hace “es defender los intereses de la República Argentina”.

Dentro del Gobierno aseguran que ahora Cristina Kirchner, en medio de la crisis del tipo de cambio y la falta de dólares, estaría dispuesta a llegar a un acuerdo con los fondos NML Capital y Aurelius para pagar los 1600 millones de dólares por el fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa luego del 1° de enero de 2015, cuando caduque la cláusula RUFO.

Esa cláusula dispone que los bonistas de los canjes 2005 y 2010 podrían reclamar igualdad de trato si la Argentina mejora la oferta a los acreedores holdouts, que no entraron en aquellos canjes. Podría haber demandas por hasta 110.000 millones de dólares al país.

El jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, desmintió ayer ese posible acuerdo con los holdouts, que le permitiría a Cristina pensar en préstamos internacionales para asegurar un buen final de su mandato y apostar a un candidato propio en las elecciones presidenciales de 2015.

La resolución de ayer de Griesa, que liberó el pago del Citibank a los bonos con jurisdicción argentina podría descomprimir la tensión con los EE.UU. si se extiende al resto de los bonos. Sin embargo, Griesa analiza un pedido de los buitres para declarar al país en desacato por cambiar el lugar de pago mediante una ley. Sobre eso resolverá pasado mañana.

“Cristina necesita llegar al 1° de enero y pagar 1600 millones de dólares; si paga antes debería pagar ese monto más 110.000 millones por la cláusula RUFO”,

dijo un funcionario.

La novedad es que la Presidenta evalúa un pago total del fallo de Griesa a los buitres, siempre que antes no haya un acuerdo entre privados, mientras que hasta hace unos días sólo les reconocía una suma equivalente a la que perciben los bonistas que aceptaron la quita del 65%.

“Ahora la Presidenta ve que faltan dólares y quiere terminar bien 2015. Ese acuerdo podría también mejorar la relación con los Estados Unidos”, señalaron a LA NACION dentro del gobierno argentino.

Cristina estalló de furia cuando el encargado de negocios de la embajada de ese país, Kevin Sullivan, dijo hace 10 días que “es importante que el país salga del default”. La Presidenta considera que la Argentina no está en default porque siempre pagó a los bonistas. “Sospecha que todos los sectores norteamericanos quieren dejarnos en default y no lo va a aceptar”, comentó un funcionario. Presiente un complot de sectores financieros y de Obama para asfixiar a la Argentina con la deuda.

 

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La invitación del Papa a Cristina a Santa Marta tiene oportunidad política

El papa Francisco invitó a Cristina Kirchner a Santa Marta para el 20 de septiembre. Será un almuerzo pleno de implicancias políticas. El Santo Padre hará un gesto estratégico de apoyo justo cuatro días antes de que la Presidenta vaya a exponer a la Asamblea General de las Naciones Unidas su pelea con los Fondos Buitres. Ese será el eje central del discurso de la Doctora ante ese enorme foro mundial, donde defenderá la necesidad de crear una nueva convención internacional contra los ataques de los fondos especulativos en las reestructuraciones de deuda.

El papa Franciso le dará un marco internacional a la Presidenta, de apoyo y solidaridad, con el cual la primera mandataria se sentirá fortalecida a la hora de hablar en contra del juez Thomas Griesa y quizás también del gobierno de los Estados Unidos al que considera un aliado de los Fondos Buitres.

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El Gobierno busca en la ONU regular los canjes de deuda

La Nación, sábado 30 de agosto de 2014

El gobierno de Cristina Kirchner busca aumentar la presión internacional para salir del reciente default. Para ello anunció ayer que el Grupo de los 77 más China, que agrupa a 130 países emergentes, presentará el 9 de septiembre próximo ante las Naciones Unidas (ONU) un proyecto impulsado por la Argentina para crear una nueva convención multilateral que dicte un marco regulatorio para futuras reestructuraciones de deuda soberanas.
El objetivo fundamental será limitar a los fondos buitre y evitar el bloqueo de pagos como el que sufrió la Argentina con los bonistas del canje 2005 y 2010, que amenaza a futuros canjes de deuda.
Apuntará a eliminar la interpretación de la cláusula pari passu que hizo el juez de Nueva York Thomas Griesa por la cual inmovilizó esas transferencias. Una idea en danza sería fijar un mecanismo similar a las quiebras de empresas: si el 66% de los acreedores acepta una reestructuración, el resto está obligado a adherir.
El anuncio corrió por cuenta del ministro de Economía, Axel Kicillof, y del canciller Héctor Timerman, que ofrecieron una conferencia de prensa en la Casa Rosada. En caso de aprobarse, estimaron, la convención “estaría vigente en menos de un año”.
Kicillof se manifestó optimista acerca de que pueda aplicarse al fallo de Griesa, aunque eso no es seguro porque se trata de una sentencia judicial firme que difícilmente sea alterada en forma retroactiva.
Más allá de ello, el Gobierno le otorga valor político a la firma de una convención: implicaría un apoyo internacional de 130 países que componen el G-77 más China a la postura argentina y en contra del magistrado neoyorquino.
En el mismo sentido, la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA) estableció ayer un cambio en sus reglas para impedir que una minoría bloquee acuerdos de reestructuración soberana. En un comunicado, ICMA señaló que en el futuro las cláusulas de acción colectiva y pari passu indicarán que las modificaciones aceptadas por una mayoría de tenedores vinculen legalmente a todos.

“La interpretación dada a la cláusula pari passu contra la Argentina ha causado una incertidumbre considerable para futuras reestructuraciones”, señaló ICMA.

Timerman citó el ejemplo de ICMA e informó que “el 9 de septiembre la Asamblea General de la ONU debatirá el proyecto” de convención multilateral “suscripto por 130 países” para impedir “ataques” de los fondos buitre. “Esta convención dará el marco legal al vacío legal”, dijo el canciller.
El magistrado falló que la Argentina debía pagar 1500 millones de dólares a los fondos NML Capital, de Paul Singer, y Aurelius. Pero la Argentina invocó la cláusula RUFO, que la expondría a pagar el mismo porcentual a todos los bonistas que aceptaron las reestructuraciones de 2005 y 2010, y postergó el cumplimiento de la sentencia hasta el vencimiento de esa cláusula, en diciembre próximo. Por pedido de los litigantes, Griesa bloqueó el pago de los vencimientos a los acreedores reestructurados y el país entró en default selectivo. La Presidenta envió entonces un proyecto de ley al Congreso para cambiar el lugar de pago de Nueva York a Buenos Aires y quedar fuera del alcance de Griesa, quien consideró “ilegal” ese proyecto y ordenó a los bancos y a los holdouts a no sumarse a ese canje.
“Si la mayoría vota en forma positiva, en menos de un año la Argentina habrá dado al mundo una convención para resolver en forma justa, equitativa y no bajo amenazas de un juez o un país, sino sobre la base de lo que resuelvan todos los Estados de la ONU”, dijo Timerman.

Por su parte, Kicillof aseguró que

“los fondos buitre son un parásito del sistema financiero internacional, que tienen que desaparecer”

y lanzó una proclama:

“Nunca más a los Griesa, nunca más a los Singer”.

Agregó además que la sentencia de Griesa “no está acompañada de la más mínima lógica”.

 

 

 

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