La nueva coalición en ciernes entre PRO, la UCR y la Coalición Cívica no sólo suma fuerzas sino que las multiplica. Son mucho más que tres porque podrían convertirse en un polo de atracción para el voto útil. En un escenario en el que Mauricio Macri y Sergio Massa se disputan en las encuestas el liderazgo de la oposición, el macrismo sumó a un partido como el radicalismo, con fuerza propia en una decena de provincias.
No solo suma votos, sino capacidad de fiscalización en todo el país. La UCR es junto al PJ un partido con gimnasia electoral, conoce los secretos de la movilización de fiscales que tienen el know-how del control de una elección. Este es un punto clave.
El primer escalón son las PASO. Según las encuestas de hoy, Macri puede sacar entre 20 y 25 puntos. La UCR podría tener 10 o 12 puntos y Carrió entre 4 y 6. Ese frente reuniría así 35/40 por ciento del electorado en las primarias. Es un paquete muy importante en un escenario fragmentado de tres fuerzas.
Esto obligará a Massa a buscar afanosamente no quedar relegado a un tercer lugar, porque así podría ser víctima de una polarización entre el Gobierno y el macrismo en la posterior primera vuelta. Así las cosas, las PASO del 9 de agosto serán una gran encuesta y se convertirían en una primera vuelta real.
Y entonces las generales del 25 de octubre podrían transformarse en unas elecciones en las que el elector vote con criterios de segunda vuelta. Los electores que busquen un triunfo opositor votarían directamente a quien resulte el primer opositor más votado en las PASO. O sea: se podría producir un trasvasamiento de votos del candidato opositor menos votado en las PASO hacia el más votado en esas primarias, convertido en figura central que acapararía todas las expectativas de cambio, investido de un espíritu triunfador por la lectura que se haga de esas PASO. Y sería entonces el vehículo para vencer al kirchnerismo, que es el oficialismo de turno.
La coalición que se conforma es un polo de atracción de votos, una herramienta para la canalización del voto útil: el voto por aquel candidato que mejor exprese la oposición al populismo y al modelo desgastado de Cristina.
Ese voto útil le dio el triunfo a De Narváez en 2009 y luego de una recuperación de Cristina en 2011, se lo volvió a dar a Massa en 2013. ¿Podrán Scioli o Randazzo detener a ese voto útil?¿Podrá sostener Massa ese voto de cambio?
El macrismo sumó además a una UCR que le podría dar al futuro gobierno varias provincias controladas por esa coalición: Mendoza, La Rioja, Tucumán, Santa Cruz, Catamarca, Chaco y Córdoba. También le hará crecer sus chances en Entre Ríos. Y le generará una masa crítica en Buenos Aires.
Mientras tanto, el PRO tendría chances de ganar provincias como Santa Fe, con Del Sel, y La Pampa, con MacAllister. Todas estas pueden ser las consecuencias de la convención nacional de la UCR de Gualeguaychú.
Además, en todas esas provincias, la nueva coalición estará obligada a obtener muchos diputados nacionales para mejorar su representación en el Congreso. Tiene una ventaja: se renuevan los diputados elegidos en 2011, cuando Cristina obtuvo el 54% en su mejor elección y la oposición ingresó muy pocos diputados.
En otras palabras, si en las generales del 25 de octubre la oposición en conjunto –Macri, Massa, Sanz, Carrió- obtienen un 60% o más habrán mejorado sustancialmente su número parlamentario para darle gobernabilidad a un proyecto alternativo de cambio.
La nueva coalición tiene por delante varios desafíos. Ser claros y convincentes en el armado político, en las propuestas de gobierno y en la capacidad de convivencia. Si hay radicales heridos por sus viejos recelos con Macri, están ante el desafío de comprender que la unión es la que podría asegurarles el regreso al poder. Y Macri está ante la necesidad de incluir proyectos y propuestas de esos sectores para que no lo sorprendan futuras divisiones.
Una coalición de gobierno, como la Concertación en Chile, se debe congeniar integrando proyectos, personas, ideas y dejando de lado egos, mezquindades y egoísmos, los que muchas veces abortaron las buenas intenciones en la política argentina. Todos ellos tienen el éxito o el fracaso en sus propias manos.
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Caro Mariano, creo que a esta ´tu ´página, le hace falta un me gusta o algo así. Que indique los que te leimos y/o alguna opinión.
Esta, como casi todas tus notas, está muy buena, ilustrante y con verdades.
Abrazo!
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Análisis claro y conciso que despeja un montón de dudas que tenemos los opositores. Creo que algunos sectores desoposición que no quieren perder identidad y que, lamentablemente, contribuirán a la atomización de la oposición. Espero que sean insignificantes numéricamente.
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