Fue un mal domingo para Cristina. No podía hablar de las elecciones argentinas entonces habló de las griegas. Los resultados de las provinvias, hasta ahora, presagian una competencia abierta y con final incierto entre Scioli, Macri y Massa y dependerá de cómo se reparte el voto opositor que gana en distintas provincias pero con diferentes padrinazgos nacionales. En CABA perdió rotundamente el kirchnerismo, donde salió tercero. El Pro sacó 45 puntos con Rodríguez Larreta y ECO con Lousteau 25. Los partidos que conforman contra Cambiemos juntaron 70 puntos.

Ese frente tributará a Macri, Carrió y Sanz en la nacional. El kirchnerismo aspiraba a salir segundo y entrar en el ballotage. Y alcanzar los 25 puntos. Sólo obtuvo 21 y quedó tercero. No cumplió el objetivo. Ahora, según Diego Brancatelli, el kirchnerismo pone todas sus fichas en Lousteau, de ECO, para golpear las esperanzas de Macri en las nacionales.

Cristina había mostrado en cadena nacional a su candidato, Recalde, y el jueves lo acompañó a la Villa 20 para el acto de cierre. Puso el cuerpo y le fue mal. La gente no está votando a los candidatos de la Presidenta.

En Córdoba perdió también el kirchnerismo, donde salió tercero. Pero el vencedor fue Juan Schiaretti, que junto con el gobernador José Manuel De la Sota, que es el candidato presidencial nacional que capitalizará el triunfo: son peronistas enfrentados a muerte al gobierno nacional por la falta de giros a la provincia, profundamente enemistados con Zannini el vice de Scioli.

De la Sota está enfrentado a Carlos Zannini desde hace más de 40 años por la vieja militancia. Scioli y Zannini fueron a Córdoba a hacer su primer acto como fórmula presidencial hace dos semanas. Montaron el rumor de que saldrían segundos, arriba de Aguad, de Cambiemos. Pero salieron terceros.

Se especula ahora con que Scioli y Cristina buscarán una alianza con Schiaretti para las nacionales. El electorado cordobés castigaría ese acuerdo. Entre los cordobeses Cristina no está bien vista, aunque Scioli está mejor posicionado. De la Sota difícilmente pueda tomar un café con Zannini, que desfinanció a la provincia. Scioli en cambio sí buscará una convivencia. Esto metería un conflicto entre Scioli y Zannini. Sería un signo de independencia de Scioli.

En La Rioja, ganó Sergio Casas, del kirchnerismo. En este caso había sido respaldado por Scioli y por Zannini la semana última, en un acto donde Scioli confesó que todavía siente aprecio por Carlos Menem algo que luego repitió Aníbal Fernández. De todos modos, el triunfo deja una lectura amarga: Beder Herrera ganó en 2011 con el 67%. Ayer Casas sacó el 53. En 2011 Julio Martínez, de la UCR, sacó 19 y ayer 38, ahora aliado a Massa. No son datos menores. En 2011 estaba Angel Maza con el 10%. Ayer no había terceros. De todos modos, La Rioja será sciolista en octubre. Pero con un crecimiento del radicalismo, y de Massa, que achicó diferencias.

En La Pampa, perdió el candidato de Cristina, Fabian Bruna la interna del PJ para gobernador. Cristina le había dedicado una cadena nacional a Bruna. Por lo tanto, ganó Carlos Verna, el peronismo tradicional no K. Scioli también lo llamó a Verna para una futura convivencia. Gran derrota de Cristina porque hace dos semanas hizo una cadena nacional en La Pampa para apuntalar a Bruna, al que incluso mencionó. Scioli podría encontrar en Schiaretti y en Verna el princpio de su independizacion de Cristina.

En Corrientes, el radicalismo, con el apoyo de Massa, también ganó las elecciones de legisladores y por lo tanto perdió el kirchnerismo. Ese radicalismo iría a Macri, Sanz o Carrió a nivel nacional.

En lo que va de las elecciones, el kirchnerismo también perdió en Río Negro, pese a que Cristina también le dedicó una cadena nacional a Pichetto, que terminó aplastado por Weretilneck, del Frente Grande, que no tiene un padrinazgo político nacional pero que juntó al viejo electorado radical rionegrino y a los progresistas disidentes del kirchnerismo. Las cadenas nacionales no están surtiendo efecto. O son contraproducentes.

En Mendoza, hace un mes también perdió el kirchnerismo contra Cambiemos. Allí la alianza del radical Cornejo le ganó al gobierno provincial peronista de Paco Perez. El justicialismo se había ilusionado con repuntar tras las PASO. Mendoza cambió de manos. Los padrinos nacionales de esa victoria fueron Cobos, Sanz, Macri y Massa.

En Santa Fe, también salió fuertemente derrotado el kirchnerismo, salió tercero. El ganador fue el Frente Cívico y Social comandado por el socialista Miguel Lifschitz. Ese Frente tiene a Margarita Stolbizer como referente nacional. Segunda fuerza fue el PRO con Miguel Del Sel. Omar Perotti sacó 29 puntos y fue tercero. Repuntó respecto de las PASO. Recibió apoyo de Scioli pero no de Cristina.

En Neuquén ganó el MPN que probablemente vote mayoritariamente a Scioli en la nacional. En otras provincias, en lo que va del año electoral, ganó el Frente para la Victoria: en Salta, Chaco y Tierra del Fuego. Pero son provincias que ya estaban gobernadas por el peronismo y en las que el peronismo redujo sus ventajas frente a los opositores. El rumor del “ya ganamos” comienza a ponerse en duda.

Con estos resultados en CABA (21%), Córdoba (17%), Santa Fe (29%), Mendoza (39%), Scioli – Zannini necesitan casi 55% en provincia de Buenos Aires para ganar en la primera vuelta sin necesidad de ballotage. Todavía está por verse como se repartirán esos triunfos provinciales opositores con padrinazgos diversos en el mapa de los candidatos opositores: Macri, Massa, Stolbizer. Todo parece encaminarse a una segunda vuelta y nadie tiene ganada ni perdida la elección presidencial. Es un final abierto.