La Nación, 11 de agosto de 2015
La preocupación por la fuga de votos registrada anteayer en la provincia de Buenos Aires hacia otros frentes opositores llevó al peronismo a cerrar filas. La presidenta Cristina Kirchner le pidió a su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, consagrado anteayer candidato a gobernador del Frente para la Victoria (FPV) en una reñida elección luego de una campaña virulenta, que recibiera para la foto a su rival, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
La reunión de reconciliación, poco antes de las 17, duró media hora y ocurrió en el despacho de Fernández en la Casa Rosada. Ambos convinieron en “trabajar juntos y limar asperezas para obtener el triunfo en las elecciones del 25 de octubre próximo”.
Participaron el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, compañero de fórmula de Domínguez, y el ahora candidato a vicegobernador del FPV, Martín Sabbatella. Hasta anteayer la tensión había escalado hasta el extremo por las denuncias periodísticas sobre narcotráfico contra Fernández, que éste les atribuyo a Espinoza y a Domínguez.
Aníbal Fernández ganó con el 52,5% de los votos dentro del FPV contra 47,5% de Julián Domínguez. Ambos obtuvieron 40,34%, casi un punto más que el candidato a presidente del FPV, Daniel Scioli, que tuvo 39,49% en el distrito.
La candidata a gobernadora de Cambiemos, María Eugenia Vidal, sacó 29,43%, más que los tres precandidatos presidenciales de ese frente, Mauricio Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz, se llevaron 28,99% en la provincia. Vidal obtuvo 2,3 millones de votos y Macri, individualmente, 2 millones.
En la tercera fuerza, UNA, los precandidatos presidenciales Sergio Massa y José Manuel de la Sota tuvieron 20,69% en Buenos Aires y su candidato a gobernador, Felipe Solá, un 19,55%.
En el entorno de Domínguez hay satisfacción, pese a la derrota, porque las encuestas pocas semanas antes daban diferencias mayores. “Domínguez es joven y se instaló en la provincia con casi la mitad de los votos y va a respaldar a Aníbal y a Scioli”, comentaron sus allegados.
Para terminar de poner paños fríos, la Presidenta recibió anoche en Olivos a Aníbal Fernández y a Sabbatella, junto con el secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” De Pedro, operador de La Cámpora en territorio bonaerense. Sólo trascendió una foto de ese encuentro y no hubo más detalles.
Por la mañana, Domínguez, que se quedó en Chacabuco hasta ayer a la mañana, llamó a Aníbal Fernández para felicitarlo por el triunfo. Luego de cortar, éste le devolvió la llamada y lo convocó a la Casa Rosada. La Presidenta y De Pedro inspiraron el encuentro. “Ahora todos necesitan a todos. Aníbal, Scioli y la Presidenta necesitan a Domínguez”, confiaron a LA NACION.
OBJETIVOS
En la Casa Rosada dijeron que la reunión Fernández-Domínguez buscó “recuperar la relación política y personal que siempre fue muy buena” pese al conflicto por el narcotráfico. “La interna terminó y el FPV debe obtener un triunfo en las generales de octubre”, aseguraron.
Domínguez dijo tras la reunión que “como peronistas vinimos a ponernos a disposición de la fórmula Scioli-Zannini para presidente y de Aníbal Fernández a la gobernación y a saludarlo como corresponde”. Consultado sobre las acusaciones por narcotráfico, dijo: “No voy a hablar de eso, no corresponde, porque lo hablamos personalmente”.
También el propio Scioli le bajó temperatura al enfrentamiento en declaraciones periodísticas ayer cuando dijo que Aníbal Fernández tomará “la posta” en ese distrito y que “el que gana, conduce, y el que pierde, acompaña”. Y señaló: “Los conozco bien a los dos, van a poner el hombro y acompañar para que Aníbal tome la posta”.
La gran preocupación en el Gobierno y en el entorno de Scioli era que, pese a la satisfacción de la victoria y la diferencia de 8 puntos sobre Cambiemos, la elección en la provincia de Buenos Aires había dejado un sabor agridulce: el FPV perdió en el interior provincial y no sacó la diferencia esperada en el primero y el segundo cordón del conurbano.
“El triunfo de Aníbal Fernández causó preocupación. Su rival será Vidal y a Aníbal le costará entrar en el electorado independiente”, confiaron fuentes del PJ bonaerense. El temor es que ese impedimento se traslade a Scioli.
“La reunión entre Aníbal y Domínguez fue el primer paso para que no se fuguen votos propios”, dijo un funcionario sciolista. Scioli hará un discurso más dirigido a los independientes y tomará distancia de los kirchneristas. Preocupa el corrimiento de votos propios hacia Massa y hacia Solá. Es por ello que el presidente del Grupo Bapro, Santiago Montoya, comentó a LA NACION que “hay que hablarles a los que no nos votaron y lo hicieron por Massa, De la Sota o Rodríguez Saá.”
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Como dijo Don Corleone : ” no es nada personal , son negocios ” .
Adelante FPV , hasta hundir para siempre a todos y todas los argentinos y argentinas .
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