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El Gobierno justificó la entrega de comidas por voto

LA NACIÓN, 2 de septiembre de 2015

El clientelismo electoral logró ayer aval institucional. La presidenta Cristina Kirchner decidió guardar silencio, pero le encomendó al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, que le diera un apoyo total al gobernador de Tucumán, José Alperovich, para defender la entrega de bolsas de comida a cambio de votos durante la escandalosa elección en esa provincia como método válido para ganar.

Desde la discreción de Olivos, Cristina Kirchner esperará a que el recuento sea favorable al peronismo por 15 puntos para ponerse a resguardo de las denuncias de fraude. Sólo entonces recibiría a su candidato a gobernador, Juan Manzur, que se atribuye el triunfo electoral del domingo 23. Pero mientras tanto, los voceros oficiales cerrarán filas con él.

“A la sociedad no la van a corromper por una bolsa”, dijo ayer Aníbal Fernández, con lo cual justificó la entrega de comida a cambio de sufragios. Y agregó, sin ruborizarse: “No me parece mal”.

El reparto de mercadería en los días de comicios, una práctica clientelista, quedó así institucionalizada, pese a ser cuestionada como una forma de fraude y de presión al votante.

Pero la Casa Rosada decidió darle apoyo irrestricto al gobernador tucumano. Alperovich había admitido anteayer que el justicialismo repartió bolsones, pero denunció que también lo hizo el radicalismo, lo cual fue desmentido por el candidato del Acuerdo por el Bicentenario, José Cano.

Según confiaron a LA NACION fuentes gubernamentales, la jefa del Estado quiere superar las denuncias de fraude y de represión tras los escandalosos comicios de Tucumán con la estrategia de igualar al PJ y a la UCR en la misma práctica y con una silenciosa espera hasta el final del escrutinio definitivo.

“Hasta donde leí yo, ninguna de las dos fuerzas políticas está exenta de lo mismo”, dijo Aníbal Fernández. “Las dos fuerzas políticas reconocieron esa actitud”, agregó.

El gobierno tucumano le informó que las mesas testigo de la provincia anticiparon que el virtual gobernador electo Manzur le ganaría por 14,5 o 15 puntos al radical Cano. “Será parecido o levemente superior al escrutinio previsional que dio 54 a 40”, confiaron a LA NACION fuentes del oficialismo.

“El apoyo a Alperovich es total con Aníbal como vocero”, confiaron fuentes oficiales. En algunos sectores del Gobierno no descartan que la defensa del clientelismo perjudique al candidato a presidente del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli, que necesita seducir a los sectores independientes y de clase media con miras a las elecciones del 25 de octubre.

De hecho, quien la defendió ayer, Aníbal Fernández, es candidato a gobernador del FPV en la provincia de Buenos Aires, distrito donde esas prácticas clientelares son muy comunes.

“No digo que no espere algo a cambio, digo que la sociedad es lo suficientemente madura, evolucionada y no la van a corromper por una bolsa”, aseguró el jefe de Gabinete de Cristina Kirchner y candidato a gobernador.

“Si el objetivo es ése, haber hecho gestos de esas características, que tienen que ver con la ayuda a quienes tienen necesidad por una valoración política, no es una cosa aceptable ni mucho menos, pero en tanto que se las entregaron, no me parece mal”, dijo Aníbal Fernández. “La sociedad no vota lo que le dice una bolsa”, agregó.

“Como yo creo que la sociedad tonta no es y no vota lo que le dice una bolsa, sino su conciencia, prefiero que le entreguen la bolsa y que el ciudadano haga lo que se le antoje”, aseguró, sin aclarar que existe una presión de quien entrega la mercadería al votante.

La diputada de PRO Laura Alonso calificó luego de “inmoral” a Aníbal Fernández y lo culpó de ser “vocero de un sistema de esclavitud”, mientras que el candidato presidencial por Compromiso Federal, Adolfo Rodríguez Saá, también dijo que “hay que eliminar la corruptela” de la entrega de bolsas de comidas a cambio de votos.

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