LA NACION, domingo 1 de octubre de 2015
Pese a que en el Frente para la Victoria (FPV) se había calmado el pase de facturas por el pobre resultado electoral, el ministro del Interior y Transportes, Florencio Randazzo, reabrió el conflicto interno y desafió con un duro reproche a Cristina Kirchner. “La Presidenta ha decidido que el candidato sea Scioli y los resultados están a la vista”, dijo.
A las fuertes declaraciones a Radio MDZ, Randazzo sumó una foto y un cálido abrazo con el senador radical y referente de Cambiemos Ernesto Sanz en la Bodega Fournier, en Mendoza, lo que generó molestias en el oficialismo.
Según pudo saber LA NACION, en el Gobierno no descartan que Randazzo haya buscado tomar distancia de la primera mandataria para reposicionarse con miras a su futuro dentro del peronismo.
Había quienes especulaban, incluso, con que Randazzo podría renunciar a su cargo o que Cristina le pidiera su dimisión.
Su reaparición con fuertes declaraciones sobre la candidatura presidencial del FPV, luego de meses de silencio, se produjo justo cuando Daniel Scioli busca retomar la campaña para ganar el ballottage. En la primera vuelta del domingo pasado, Scioli ganó por apenas 36,8% a 34,3% de los votos contra el candidato de Cambiemos, Mauricio Macri, y su acceso a la Presidencia quedó comprometido.
Por ello, los dichos de Randazzo se tomaron como una maniobra para quedar en pie en el PJ luego de una posible derrota el 22.
En el Gobierno era un secreto a voces el malestar de Randazzo con Cristina Kirchner por no haber podido competir en las primarias del 9 de agosto contra Scioli.
Por la tarde, el funcionario recibió una dura respuesta del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, que acompaña a Scioli como candidato a vicepresidente, pero que había sido el padrino de Randazzo para una eventual candidatura presidencial.
Zannini aseguró que “Randazzo no quería competir contra Scioli, sino que pretendía ser ungido por Cristina”. En declaraciones al canal C5N, consignadas por la agencia DyN, agregó que “no hubo competencia porque él no se presentó”.
A principios de junio, Randazzo le ofreció a Zannini ser su candidato a vicepresidente porque era su principal apoyo político en la Casa Rosada, como un modo de asegurarse el respaldo de Cristina.
Sin embargo, ella temió que Scioli ganara las primarias, como indicaban las encuestas, lo que podía interpretarse como un triunfo del gobernador bonaerense sobre Cristina, por lo que aquél se alzaría con el liderazgo del FPV. Entonces, el 16 de junio, Cristina le ordenó a Zannini integrar la fórmula de Scioli, con lo cual dejó a Randazzo en soledad y sin otro camino que dejar la carrera por la Presidencia.
Cristina Kirchner le ofreció entonces la candidatura a gobernador bonaerense, pero él no aceptó porque había prometido meses antes que no buscaría otro cargo. Randazzo señala ahora en su equipo que con su rechazo buscó “cumplir su palabra, cosa que pocos hacen” en clara referencia a los que “no lo dejaron competir”. Una alta fuente kirchnerista confió a LA NACION que “Randazzo está esperando a lo que viene por si pierde Scioli”.
En las declaraciones formuladas en Mendoza, Randazzo dijo: “He cumplido una etapa y me voy con la tranquilidad de haber cumplido”. Pareció una despedida y avivó las versiones de renuncia.
“Seré recordaron con el DNI y el pasaporte”, agregó. “La Presidenta ha decidido que el candidato sea Scioli, y los resultados están a la vista”, le reprochó. “Le deseo todo lo mejor al que gane”, dijo.
Zannini fue duro y señaló que
“Randazzo especula con una derrota” y dijo que estaba “sorprendido con lo que hizo”. Admitió también: “A él no le gustó que yo integrara la fórmula con Scioli, porque no quería competir conmigo”.
“Randazzo abandonó cuando se enteró de que yo iba con Scioli. Él quería ser ungido por la Presidenta”, señaló Zannini. “Me parece que está frustrado y especulando con una derrota del FPV”, dijo. Lo acusó de pretender “dar un mensaje sacándose fotos con la oposición”.