LA NACIÓN, sábado 14 de marzo de 2015
En medio de la deteriorada relación del Gobierno con los Estados Unidos, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández recibió ayer en la Casa Rosada al embajador de ese país, Noah Mamet, con el propósito de bajar la tensión bilateral. Evitaron tocar asuntos que generan enfrentamientos y reactivaron una agenda positiva: lucha contra la trata de personas, colaboración en ciencia y tecnología, intercambios educativos y cooperación en materia de energía.
En cambio, no se conversó sobre la sospechosa muerte del fiscal Alberto Nisman, que había denunciado a la Presidenta por supuesto encubrimiento de Irán en el atentado terrorista contra la AMIA, por lo cual generó preocupación en el gobierno de Barack Obama. Ni se abordó el tema del pacto con Irán por el caso AMIA firmado en el Memorándum de enero de 2013.
No hubo espacio tampoco para cuestiones económicas como inversiones productivas de empresas norteamericanas en la Argentina ni para hablar de posibles aumentos en el intercambio comercial, según informaron ambas partes.
Ninguno de los dos gobiernos consignó que se haya conversado sobre la cooperación en el combate del narcotráfico. Es decir, no hubo temas duros en este primer acercamiento de Mamet al gobierno argentino.
El nuevo embajador norteamericano llegó a la Casa Rosada acompañado de su ministro consejero, Kevin Sullivan. Fernández lo esperaba junto con el vicecanciller Eduardo Zuain. El encuentro duró una hora.
Según la embajada de los Estados Unidos, la reunión fue “positiva y productiva” y se abordaron “los temas de ciencia, tecnología, intercambio educativo y cooperación energética”. Consultados por LA NACION sobre los puntos más ríspidos, los voceros respondieron: “No tenemos más para informar”.
Por su parte, la Jefatura de Gabinete dejó trascender que “el encuentro fue muy cordial, pero además muy provechoso”. Subrayó que “se abordaron los temas más importantes de la agenda bilateral”. Aníbal Fernández destacó entre ellos “el de la trata de personas, donde acordaron profundizar la colaboración entre los dos países para combatir este flagelo”.
El contexto de la relación bilateral no es sencillo. La presidenta Cristina Kirchner había formulado en los últimos meses duras declaraciones contra el gobierno de los Estados Unidos y a la justicia norteamericana por el caso de los fondos buitre. La más fuerte denuncia fue cuando, como parte de una denuncia de amenazas contra su vida, dijo: “Si me pasa algo, que nadie mire hacia el Oriente, miren hacia el Norte”.
Desde Washington, el 23 de enero último, la vocera del Departamento de Estado de los EE.UU., Jen Psaki, pidió al gobierno argentino una investigación “completa e imparcial” sobre la muerte de Nisman. “Las autoridades ya están analizando la muerte y hacemos un llamado por una investigación completa e imparcial”, dijo.
El 18 de febrero, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, señaló que al gobierno de Barack Obama le “preocupa” cuando en países con los que los EE.UU. tienen un vínculo “fuerte” se plantean “cuestiones sobre el Estado de Derecho y la justicia”.