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La Presidenta ordenó tomar distancia del escándalo tucumano

La Nación, miércoles 26 de agosto de 2015

Las denuncias de fraude y los violentos incidentes en Tucumán encendieron alarmas en Olivos. La presidenta Cristina Kirchner ordenó tomar distancia de ambos conflictos y presionó al gobernador José Alperovich para superar la crisis a la mayor brevedad posible con el propósito de que no afecte la campaña del candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, en las elecciones del 25 de octubre próximo.

Según pudo saber LA NACION, Cristina le ordenó a Alperovich por medio de emisarios que reabra las urnas impugnadas para darle legitimidad al triunfo del candidato a gobernador kirchnerista Juan Manzur y así cerrar la discusión.

La Presidenta quiere dar vuelta la página rápido e instalar otros temas: quiere evitar que en el frente del candidato opositor José Cano se propague la presión para repetir las elecciones.

“Luego del escándalo, Manzur podría perder una nueva elección”, dijo un funcionario.

Cristina Kirchner iba a recibir ayer a Manzur en la Casa Rosada, pero postergó la foto para no irritar los ánimos en Tucumán, donde anoche se realizó una nueva marcha por las irregularidades en los comicios del domingo. Podría recibirlo hoy si se apaciguara el clima político.

La otra bajada de línea de la Presidenta fue minimizar el impacto sobre el Gobierno y Scioli de los incidentes con 20 heridos en la plaza Independencia. Impartió tres órdenes para todos: condenar la represión policial, descabezar la policía tucumana y evitar nuevas escenas de descontrol en la manifestación de anoche.

Cristina teme las imágenes de un país en llamas antes de las elecciones de octubre. “Hay que tomar distancia muy fuerte y dejar marcado que éste es un hecho externo al Gobierno y a Scioli“, dijo un funcionario oficial a LA NACION.

El operativo para restarle entidad a la violencia comenzó anteanoche. Los emisarios de Cristina ante los medios pidieron a todos los canales de TV que no emitieran las imágenes de los incidentes: sólo las difundió TN, del Grupo Clarín.

El objetivo del Gobierno sobre las elecciones en Tucumán era mostrar a Scioli en carrera ganadora rumbo a octubre. Hay una segunda oportunidad: las elecciones en Chaco el 20 de septiembre.

El Gobierno evaluaba que el dato positivo es que ganó el PJ. Pero Scioli quedó dentro de una postal en la que convalidó posibles prácticas fraudulentas agravadas luego por desmanes, corridas, balas de goma y golpes.

“Scioli viene mal. Primero el viaje a Italia en medio de las inundaciones, su pelea con las redes sociales, nuevas inundaciones en el río Salado y ahora Tucumán”, dijo un funcionario.

Pese a sus admoniciones públicas, Cristina lo quiere ayudar y se involucrará en la campaña rumbo a octubre: en la misma boleta de Scioli están sus incondicionales Carlos Zannini, Axel Kicillof, Eduardo “Wado” De Pedro y La Cámpora.

El jefe del Gabinete, Aníbal Fernández, Zannini y Scioli conversaron con Capitanich y Manzur para revertir el bochorno. Todos salieron en coro a condenar la represión.

Por la mañana, Aníbal sorprendió: “No sé lo que pasó en Tucumán, estaba durmiendo. Me acosté temprano porque se me fundieron las pilas. Soy tan humano como ustedes”.

El objetivo era minimizar los incidentes. Pero luego agregó: “No me satisface la represión. La condeno y estoy en contra de la represión”. Y le dio un enfoque conspirativo. Todo es provocado “desde el Norte, fuera de nuestro país, para deslegitimar elecciones. […] El Norte tiene sus alcahuetes, (las diputadas) Laura Alonso y Elisa Carrió, quienes trabajan lisa y llanamente para ellos”, dijo.

Dio a entender que las inspira el gobierno de los Estados Unidos. “Ese modelo funciona en Venezuela, Brasil y la Argentina”, dijo un allegado a Fernández.

Alperovich también condenó la represión y, conforme los deseos de Cristina, dijo que reabrirán las urnas. Sin embargo, se desligó de las responsabilidades por la represión, decisión de la que responsabilizó al jefe de la Policía de Tucumán, Dante Bustamante.

También el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, dijo que la represión “avergüenza a todos los argentinos”.

Y Scioli repudió la “represión” y “la actitud autoritaria de algunos miembros de la policía”, aunque acusó a su rival de Cambiemos, Mauricio Macri, por incitar a la violencia. El más original fue el periodista kirchnerista Víctor Hugo Morales, que culpó por los incidentes al Grupo Clarín.

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