LA NACIÓN, sábado 31 de octubre de 2015
En medio del fuerte enfrentamiento en el peronismo, la presidenta Cristina Kirchner suspendió ayer una reunión en Olivos con el candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli, acordada el día anterior para aliviar tensiones entre el kirchnerismo y el sciolismo por el pase de facturas tras el mal resultado electoral del domingo último.
La cancelación desató nuevos rumores de conflicto y la lectura de que la mandataria hizo una nueva demostración de poder, enojada con Scioli por su triunfo ajustado en las urnas, por 36 a 34% de los votos, que lo dejó debilitado con miras al ballottage del 22 de noviembre próximo.
Para bajar la tensión, los voceros oficiales kirchneristas y sciolistas aseguraron que “nunca hubo una reunión prevista”, pese a que el dato había trascendido anteayer de fuentes de ambos sectores y durante más de 24 horas no fue desmentido. Además, el propio Scioli se lo comentó a los intendentes que lo visitaron anteayer.
Ayer a las 9 el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se dirigió a la sala de periodistas para informar que “la Presidenta no tiene previsto recibir a Scioli”. La expectativa que generó la noticia en los diarios molestó a la Presidenta.
Mientras tanto, dirigentes y funcionarios del kirchnerismo acentuaron sus críticas a Scioli, que fueron respondidas desde el sciolismo. El clima de controversia no cedía.
En lugar de la reunión entre Cristina y Scioli, la Presidenta le ordenó a Aníbal Fernández que convocara a la Casa Rosada al jefe de gabinete bonaerense, Alberto Pérez, para buscar un acercamiento público.
Según allegados a ambos, la reunión fue tensa, pero se acordaron pautas de convivencia (ver aparte). También prepararon el acto oficial que Cristina Kirchner hará hoy, a las 18, en la Casa Rosada, con arenga a los militantes. Allí estará Scioli, que por la mañana, a las 11, se mostrará con otros gobernadores del PJ en Tucumán, donde asumirá Juan Manzur.
En la Casa Rosada agregaron que Aníbal Fernández le recriminó a Pérez la supuesta “traición” y “fuego amigo” que denunció públicamente en los últimos días y que ayer reiteró por la mañana ante los periodistas. Cerca de Pérez negaron esas quejas.
Fernández atribuye al sciolismo su derrota por la gobernación de la provincia de Buenos Aires frente a María Eugenia Vidal. Responsabiliza a Scioli; a su ministro de Justicia, Ricardo Casal, y al ex precandidato a gobernador del FPV Julián Domínguez por una denuncia que lo vinculó con el narcotráfico.
La Presidenta reivindicaría hoy a Aníbal, lo que podría incomodar al sciolismo, que lo considera el padre de la derrota del domingo, en un cruce de acusaciones que enrareció el clima.
Si bien Aníbal Fernández y Pérez buscaron acercar posiciones, el jefe de Gabinete les dijo a los periodistas antes que “la única que se comportó como se comportan los que te bancan cuando te bancan fue la Presidenta”. “De los demás no tengo mucho por reconocer”, agregó, en referencia a Scioli.
La ofensiva verbal de Fernández fue acompañada por fuertes críticas de referentes no oficiales del kirchnerismo. La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, aseguró que Scioli “no es querido ni creíble”, pero que “hay que votarlo sí o sí”.
“Claramente, hay traidores adentro y hay que denunciarlos”, añadió la dirigente, en un respaldo a Fernández.
El director de la Biblioteca Nacional y referente de Carta Abierta, Horacio González, le pidió que cambie los nombres de su eventual gabinete.
“De Scioli, al que votamos con la conciencia repleta de conjeturas y reticencias, esperamos que redefina con claridad un frente social avanzado, más incisivo, e incluso se esfuerce en rever los nombramientos apresurados que implican gestos hacia la misma derecha económica globalizada que tiene su eximio portavoz en Macri”, escribió González en una columna en el diario Página 12.
Otro intelectual de Carta Abierta, el secretario de Pensamiento Nacional, Ricardo Forster, también reclamó que Scioli piense en un eventual gabinete “con otros nombres”.
El presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, hombre de estrecha confianza de Scioli, les respondió a los integrantes de Carta Abierta y les pidió que dejen “de distraer con huevadas”. “A mí me gusta ver los dinosaurios en Jurassic Park, no en la política”, los atacó.