LA NACIÓN, miércoles 11 de marzo de 2015
El enfrentamiento encarnizado entre el kirchnerismo duro y el peronismo histórico se dirimió ayer entre las segundas líneas de los dos principales precandidatos presidenciales del Frente para la Victoria, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. El jefe del gabinete sciolista, Alberto Pérez, acusó al ministro de tener “doble discurso”, de ser “un contacto útil” de la embajada de los Estados Unidos y criticar allí al Gobierno en plena crisis del campo, en 2008.
Como respuesta, el jefe de gabinete de Randazzo, Aníbal Pittelli, acusó a Scioli de ser “el candidato del poder mediático” y lo desafió a “presentar su declaración jurada” de bienes.
Sin embargo, Scioli y Randazzo se mostraron por la tarde juntos con la presidenta Cristina Kirchner durante un acto, en el cual ella se mantuvo equidistante (de lo que se informa por separado).
La tensión escaló el viernes último cuando la jefa del Estado echó a Juan Carlos Mazzón del Gobierno. El ex coordinador de la Unidad Presidente era el mayor operador político en el peronismo tradicional y trabaja para Scioli.
Por un lado, el gobernador bonaerense defendió públicamente a Mazzón, pero también retiró de la competencia en Capital a su precandidato a jefe de gobierno porteño, Gustavo Marangoni. Quedó firme en cambio el postulante de Cristina Kirchner, Mariano Recalde, que es de La Cámpora, al que Scioli evitó respaldar.
Desde el sciolismo confiaron a LA NACION que Scioli no bajará en persona a la pelea verbal. Pero que activó a sus principales voceros: Alberto Pérez y sus hermanos José y Nicolás Scioli. La estrategia será “polarizar la pelea Scioli-Randazzo para sacar de la discusión a los demás precandidatos”, como Sergio Urribarri, Agustín Rossi o Julián Domínguez. “Y a partir de allí ganarle a Randazzo. Y si Cristina sigue haciendo gestos a Randazzo, ganarle a él será ganarle a Cristina”, deslizaron.
En el kirchnerismo aseguraron a LA NACION que Scioli está ante un peligro latente: que Cristina unifique a todos los precandidatos en un candidato único, Randazzo, y le traslade parte de sus votos para debilitar la figura del gobernador. Y que por eso, dicen, que Scioli sale a abortar esa operación para obligar a la Presidenta a tomar distancia de ambos.
En ese contexto, Alberto Pérez le contestó a Randazzo a través de su cuenta de Twitter. “Leyendo el libro Argenleaks de Santiago O’Donell, encontré el doble discurso de Randazzo. El mismo doble discurso que tiene con el grupo Clarín. Por un lado mantiene reuniones “en secreto” pidiendo que lo cuiden. En público los critica”, cuestionó Pérez.
En esos pasajes del libro se destaca como “notable” su “análisis del paro del sector agrícola (en el conflicto por la resolución 125 en el año 2008), así como su opinión contraria a la postura pública de ese momento de su presidenta, de que la situación requería una negociación”.
Pérez agregó que “sin embargo, más tarde ese mismo día, en entrevistas públicas, siguió al pie de la letra la línea oficial del Gobierno, diciendo que el Gobierno de la Argentina sólo negociaría una vez que los paros patronales hubieran terminado”. Otro párrafo elegido describe a “Randazzo como un posible «contacto útil» y destaca la dicotomía discursiva entre el funcionario público y el informante privado”.
En tanto, Nicolás Scioli, hermano del gobernador y vicepresidente del Grupo Provincia, acusó al ministro de “un juego que en definitiva favorece a la oposición”. Y agregó: “Cuando Daniel corría en motonáutica nunca le hubiese tirado la lancha encima a un compañero o rival para ganar”.
Y subrayó que “Daniel fue uno de los primeros en estar en este espacio, desde el 2003 cuando fue vicepresidente de Néstor Kirchner”.
Desde el randazzismo, el jefe de Gabinete del Ministerio del Interior y Transporte, Aníbal Pittelli, dijo a radio Continental: “No tenga duda que Scioli, Massa y Macri son los elegidos por el poder mediático”. Y desafió: “Decimos que todos los funcionarios públicos deben presentar su declaración jurada y Scioli no lo hace desde 2007”.
En esta encarnizada pelea, quisieron participar los demás precandidatos del FPV. El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, dijo que “si la pelea es por quién es el más leal, no es ni Scioli ni Randazzo, el más leal es Urribarri”.
Agustín Rossi, ministro de Defensa, sostuvo que “nuestros adversarios no están dentro del FPV, sino que es la derecha que espera agazapada para terminar con las conquistas logradas con Néstor y Cristina”.
El ex canciller Jorge Taiana agregó que “las chicanas entre compañeros solo benefician a los opositores a este proyecto”.